Quito, 21 nov (EFE).- El presidente de Ecuador, el conservador Guillermo Lasso, que el jueves cederá el cargo al presidente electo Daniel Noboa, se mostró este martes satisfecho de no haber pactado con la oposición, pese a que una de sus consecuencias fue la ‘muerte cruzada’ que le llevó a disolver la Asamblea Nacional (Parlamento), de mayoría opositora, y recortar su mandato, lo que sigue pensando que fue «una decisión acertada».
Así lo señaló durante la presentación en el palacio presidencial de Carondelet del libro ‘900 días: democracia y resultados’, que resume los dos años y medio de su mandato, acortado por su decisión de aplicar el mecanismo constitucional de la ‘muerte cruzada’.
«Lamentablemente, actores políticos del nuevo siglo, y otros que el Ecuador arrastra como un grillete desde hace 40 años, socavan la República y con ella la democracia. Mi Gobierno pudo haber pactado con ellos para tener una supuesta gobernabilidad, pero para mí el costo moral y político era muy alto, además, de un error colosal tanto como vergonzante», aseveró Lasso.
«Yo no pacté con nadie, porque ceder significaba abrirle las puertas a la impunidad para que los delincuentes de cuello blanco pudieran volver campantes como víctimas y no como lo que realmente son: autoritarios y corruptos, que tienen en sus filas a gente relacionada con las organizaciones del crimen transnacional, causantes de la violencia que hoy soporta el Ecuador», agregó.
Con la ‘muerte cruzada’, el presidente ecuatoriano disolvió la Asamblea Nacional al aducir una crisis política en el momento que esta se disponía a poner a voto su destitución, como último paso de un juicio político en el que se le acusaba de presunto peculado (malversación), un cargo que él rechaza.
Esto le obligó a su vez a acortar su mandato y no completar el periodo 2021-2025, ya que optó por no presentarse a la reelección en los comicios generales extraordinarios derivados de la ‘muerte cruzada’.
El mandatario se reafirmó en su decisión de no pactar con la oposición pocos días después de que Noboa pactase con el correísmo y con el Partido Social Cristiano (PSC), los principales promotores del juicio político contra Lasso, la designación de la mesa directiva de la nueva Asamblea Nacional y de las comisiones legislativas permanentes.
«Disolver la Asamblea Nacional fue una decisión política acertada que recibió el respaldo de más del 70 % de la población», reiteró Lasso.
«Esta decisión sostuvo la democracia ecuatoriana, porque detuvo a un proyecto político que se propuso la desestabilización del Gobierno hasta lograr la destitución del presidente de la República y recuperar el poder para ellos y sus aliados», aseguró.
Lasso también dedicó el libro a sus detractores que dicen que no hizo nada, aunque reconoció que «en 900 días no se puede cambiar una realidad a la velocidad que quisiera el pueblo ecuatoriano».
Asimismo, se refirió a un conjunto de males acumulados desde hace varios años y que estallaron durante su gestión, en especial la violencia del crimen organizado, que ha hecho que Ecuador pueda situarse a final de año como uno de los países más violentos de Latinoamérica, según expertos en criminalidad.
El mandatario recordó sus principales logros, pero el que aseguró que le tiene más orgulloso es el de haber logrado reducir en 3,5 puntos porcentuales la desnutrición crónica infantil en menores de dos años, al pasar de 23,6 % a 20,1 %.
Precisamente, el lunes Lasso difundió un documental sobre su gestión donde aparecía emocionado al mencionar esta disminución de la desnutrición crónica infantil.
«Para mí, estos 900 días de Gobierno han sido la mayor oportunidad de mi vida para estar al servicio de una sociedad que merece condiciones de vida dignas», concluyó Lasso.