Washington, 9 mar (EFE).- Un grupo de legisladores estadounidenses presentó este jueves un proyecto de ley para prohibir a los tribunales que validen cualquier afirmación de derechos sobre negocios o activos que fueran confiscados por el Gobierno cubano.
La propuesta de ley bipartidista fue presentada por congresistas y senadores de manera simultánea en ambas cámaras y está encabezada, entre otros, por el demócrata Bob Menéndez, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado y por el republicano Marco Rubio, miembro de alto rango del Subcomité de Relaciones Exteriores del Senado para el Hemisferio Occidental.
Este proyecto de ley bicameral y bipartidista, denominado «No Stolen Trademarks Honored in America», protegería los intereses y derechos de los empresarios cuyos bienes fueron incautados ilegalmente por el Gobierno cubano, aseguran los legisladores en un comunicado.
Según Menéndez, la propuesta «codificaría como ley» la política estadounidense de larga data de apoyar «a los propietarios legítimos de propiedad robada», al garantizar que los tribunales estadounidenses y el poder ejecutivo solo reconozcan los derechos de aquellos cuyas marcas registradas fueron tomadas ilegalmente por el Gobierno cubano.
«Cualquier confiscación o incautación de activos por parte del régimen cubano es y será siempre un acto criminal que no debe ser recompensado por el Gobierno de los Estados Unidos», apuntó el senador, quien destacó el apoyo bipartidista para proteger a los estadounidenses a quienes el Gobierno cubano «les robó propiedades».
La Ley «No Stolen Trademarks Honred in America» prohibiría el uso de una marca comercial cuando quien la utilice sepa, en el momento de la adquisición, que el nombre de la marca comercial es igual o similar al de una confiscada por el Gobierno cubano.
Por ejemplo, recuerdan los legisladores en el comunicado, en 1994 un productor de ron cubano, Cuba Ron, registró en Estados Unidos la marca «Havana Club», que lleva el nombre de un club que el régimen cubano incautó en 1959.
Casi al mismo tiempo, según los legisladores, la marca Bacardí, uno de los productores de licores más grandes del mundo, compró la marca comercial y la receta a los descendientes del fundador y propietario original de Havana Club.
Bajo esta legislación, señalan, Cuba Ron y su socio, Pernod Ricard, no podrían ejercer derechos relacionados con Havana Club dado que el Gobierno cubano presuntamente se apoderó ilegalmente de la marca, permitiendo así a Bacardí usar la marca que le pertenece.
Bacardí, creada en Cuba en 1862 y la estatal Cuba Ron, conocida también con el nombre de Cubaexport, han mantenido un litigio en los tribunales estadounidenses sobre el derecho al uso de la marca Havana Club desde hace dos décadas.
«Es la corrección de un error histórico y el reconocimiento claro del valor inherente de la propiedad intelectual y la propiedad inviolable de las ideas y creaciones propias», dijo Darrell Issa, uno de los congresistas republicanos impulsores de la norma.