La Paz, 26 feb (EFE).- La producción de cafés especiales en Bolivia ha logrado mantenerse a flote con mejores precios que el café convencional pese a la pandemia de la covid-19, a la par de abrirse paso en el mercado interno gracias al renovado interés de negocios locales que promueven su consumo.
Una muestra de ello fue el récord de 160 dólares la libra logrado por un café especial producido en Caranavi, la principal zona cafetalera boliviana, en la reciente subasta electrónica organizada por el Gobierno nacional y productores locales dentro del sexto Torneo Nacional Taza de Calidad Café Presidencial 2020.
El evento también permitió a los cafetaleros exponer productos elaborados y al Gobierno, explicar algunos planes para apoyar al sector.
Una de las consecuencias de la pandemia fue la baja de precios de materias primas como el café convencional «en desmedro de los productores cafetaleros», explicó a Efe la presidenta del Consejo Nacional del Café Boliviano, Ruth Vidaurre.
«El precio se va dando de acuerdo a la bolsa de Nueva York y muchas veces la bolsa baja tanto que empobrece a los productores de café. Por eso el café de especialidad es una gran alternativa para los productores bolivianos», afirmó.
Pese a la pandemia, los cafetaleros bolivianos lograron exportar su producto, agregó la también representante de la Federación de Caficultores Exportadores de Bolivia.
Un análisis del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) con cifras preliminares del Instituto Nacional de Estadística (INE) resalta que las exportaciones no tradicionales crecieron un 4 % en valor en 2020 impulsadas por los alimentos, entre ellos el café.
El grano fue uno de los principales productos exportados por el departamento de La Paz, donde se encuentra Caranavi, con un valor de más de 8,5 millones de dólares.
El 95,5 % del café boliviano se produce en La Paz, el 3 % en Santa Cruz, el 1 % en Cochabamba y el 0,5 % en Tarija, Beni y Pando, según datos oficiales.
Se calcula que hay unos 15.000 productores en el país, indicó Vidaurre.
ALIADOS LOCALES
Los cafés especiales han generado también interés en el mercado interno alentados por las cafeterías que empezaron a incluirlos en su oferta en el último quinquenio, a diferencia de lo que ocurría hace unos diez años, explicó Vidaurre.
Entre estas empresas están Hierro Brothers y Schami, destacó.
La producción de cafés especiales en Bolivia comenzó hace más de tres décadas, con una calidad que llamó la atención de Hierro Brothers, explicó a Efe su representante, Boris Alarcón.
«Lo que nos poníamos a pensar era por qué solamente los extranjeros pueden comprar todo esto, por qué nosotros no podemos valorar el producto boliviano», manifestó.
Por ello su empresa empezó en 2017 a participar «con éxito» en las subastas electrónicas de la Taza Presidencial como compradores, lo que motivó a que otras empresas también se interesen.
La visión de Hierro Brothers, que tiene tres cafeterías en La Paz, es ayudar al cafetalero comprándole «en un buen precio» para motivarle a tener un buen producto, señaló Alarcón.
«Nos han ofrecido fincas para producir café, pero zapatero a tus zapatos, no podemos quitarle este trabajo a generaciones de productores solamente porque tenemos un potencial», sostuvo el empresario.
Para Alarcón, la oferta boliviana de cafés especiales es diferente a la de otros países por los microclimas donde se producen, como Villa Tunari en el centro del país, o Samaipata en el oriente.
«Pero el más especial es el de Caranavi que está rodeado de montañas, tiene aire fresco. Estamos hablando de café de altura, de 1.600 a 1.700 metros (sobre el nivel del mar)», destacó.
RESPALDO ESTATAL
El Gobierno boliviano puso en marcha en 2018 el Programa de Inversión Caficultura a Nivel Nacional, un plan quinquenal con una financiación equivalente a unos 26,1 millones de dólares, dijo a Efe el responsable de esa instancia, Gregory Peñafiel.
La innovación tecnológica, asistencia técnica a los productores y control de plagas y enfermedades son algunos componentes del plan que se coordina con tres instituciones dependientes del Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras.
Hasta el momento el programa ha tenido un alcance de 5.578 hectáreas cultivadas de café y 5.779 productores beneficiados en tres regiones, según ese ministerio.
Peñafiel destacó dos proyectos que se espera poner en marcha este año, que son la construcción de un centro de innovación tecnológica donde se pueda hacer análisis de muestras y una planta de abonos orgánicos que se producirán con la basura orgánica generada en Caranavi.
Gina Baldivieso