Sao Paulo, 10 sep (EFE).- La Federación de Industrias del Estado de Sao Paulo (Fiesp), la patronal más influyente de Brasil, afirmó este viernes que ve con «gran preocupación la escalada de la tensión entre las autoridades públicas» y pidió «serenidad» y «pacificación» en medio de la grave crisis institucional que vive el país.
Según un manifiesto publicado hoy por la entidad, el momento actual «exige de todos serenidad, diálogo, pacificación política, estabilidad institucional» y, sobre todo, acciones «urgentes y necesarias» para que Brasil «supere la pandemia, vuelva a crecer de forma sustentada y continúe a generar empleos».
La Fiesp igualmente sostuvo que la «armonía» entre los tres poderes «tiene que ser la regla», de acuerdo a lo establecido en la Constitución Federal.
«Es primordial que todos los ocupantes de cargos relevantes de la República sigan lo que impone la Constitución», recalcó la patronal en el texto, titulado «La plaza es de los tres poderes», en alusión a la Plaza de los Tres Poderes de Brasilia, que alberga la sedes del Ejecutivo, Legislativo y Judiciario.
Sin embargo, la entidad no mencionó las protestas ultraderechistas del pasado martes ni los ataques del presidente, Jair Bolsonaro, a las instituciones democráticas, que se han intensificado en los últimos meses.
En ese sentido, la Fiesp enfatizó que el mensaje no está dirigido a ninguno de los poderes específicamente, sino a «todos simultáneamente, pues la responsabilidad es conjunta».
Por eso, instó a una «aproximación y cooperación» entre los poderes, porque, según la entidad, «este es el anhelo de la nación brasileña».
«Es necesario que cada uno actúe con responsabilidad en los límites de su competencia, obedecidos los preceptos establecidos en nuestra Carta Magna», alertó.
El pasado martes, Bolsonaro, capitán de la Reserva del Ejército y líder de la extrema derecha, encabezó unas multitudinarias manifestaciones convocadas por la ultraderecha por la «libertad», pero en las que sobresalieron mensajes que atentan contra la democracia y sus instituciones.
Las posiciones defendidas por el mandatario merecieron una durísima respuesta de la Corte Suprema, del Parlamento, de partidos políticos y hasta organizaciones empresariales y financieras, lo que llevó a Bolsonaro a divulgar una nota la víspera, en la cual dijo que «nunca» quiso «agredir» al Supremo y el Congreso, a los que instó a la «armonía».
Asimismo, en una transmisión en sus redes sociales, Bolsonaro dijo estar «listo para conversar», pese a que reconoció «los problemas» que tiene con algunas de las instituciones.