Brasilia, 15 feb (EFE).- El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, anunció este miércoles la retomada de unas «14.000 obras» de infraestructura que están paralizadas en todo el país, durante el reinicio de la ampliación de una importante carretera.
«Estoy anunciando que más de 14.000 obras que fueron paralizadas durante los últimos años volverán a funcionar», para «generar ingresos, trabajo, consumo y calidad de vida» en beneficio del «pueblo pobre», que «no es un problema, sino que es la solución para este país», declaró.
Lula visitó en la localidad de Maruim, en el estado de Sergipe, las obras de ampliación de una carretera que atraviesa todo el noreste del país, paralizadas desde 2020 y que han sido retomadas con apoyo federal después de su investidura, el pasado 1 de enero.
Esas obras han generado un millar de empleos en la que es una de las regiones más pobres de Brasil, que según dijo Lula será central en la retomada del trabajo de infraestructura.
La creación de empleo a través de obras públicas, que cuentan con participación también del sector privado, «hará que la rueda gigante de la economía vuelva a girar», que «haya más dinero en la calle» y que «los pobres vuelvan a ser felices», declaró Lula.
El mandatario dijo también que, la semana próxima, pretende anunciar el nuevo marco de un amplio plan de subsidios sociales, que según baraja el Gobierno beneficiará con 600 reales (120 dólares) por mes a las familias más pobres, con un adicional de 150 reales (30 dólares) por cada hijo que frecuente regularmente la escuela.
Lula sostuvo que, de ese modo, «Brasil volverá a ser un país de verdad» y «no de la mentira», como aseguró que fue en los últimos cuatro años, durante el Gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro.
«Vamos a cuidar a los trabajadores, a las mujeres y a los niños con amor y no con odio», declaró Lula, quien se refirió al anterior mandatario como «el ‘coso’ ese», que «ni valor tuvo» para entregarle la faja presidencial el pasado 1 de enero.
Aludió así a la decisión de Bolsonaro de viajar dos días antes de la investidura de Lula a Estados Unidos, donde todavía permanece sin aclarar cuándo pretende regresar a Brasil.
