Río de Janeiro, 15 jun (EFE).- El presidente Luiz Inácio Lula da Silva le pidió este jueves a los agricultores brasileños tener cuidado con el medioambiente para ser competitivos internacionalmente, tras citar las restricciones impuestas por Europa a productos procedentes de áreas desforestadas.
«Es importante que tengamos en cuenta que ser racional y cuidar de la agricultura de buena calidad es una necesidad competitiva para Brasil, para China, para Francia, para Estados Unidos y para Alemania», afirmó el líder progresista en una entrevista concedida a un grupo de radios.
El mandatario insistió en que los agricultores ayuden a cuidar el ambiente, principalmente la Amazonía, tras citar el anuncio hecho esta semana por el Parlamento francés de que no ratificará el acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea por «la cantidad de veneno usado en los productos agrícolas brasileños», dijo.
«El productor rural serio sabe que será perjudicial para sus negocios si exageramos en los incendios, si entramos en tierras reservadas, si contaminamos ríos. Todo agricultor inteligente sabe que la preservación ambiental es un valor adicional para los productos que exportamos», aseguró, tras recordar su compromiso de eliminar la deforestación en la Amazonía hasta 2030.
Dijo igualmente que el Gobierno anunciará un ambicioso plan de apoyo financiero al sector para que Brasil, uno de los mayores productores y exportadores mundiales de alimentos, produzca aún más.
«Lo que está en juego es aumentar la capacidad productiva de este país sin desforestar ni incendiar la Amazonía. No necesitamos derribar más árboles para criar ganado o plantar soja», dijo.
Según Lula, para doblar su producción agrícola, Brasil sólo necesita recuperar las 30 millones de hectáreas de tierras degradadas del país.
El presidente pidió «racionalidad» a los agricultores tres días después de reunirse con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, para discutir el estado del acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea (UE), aprobado en 2019 pero que aún depende de ratificación.
Lula se quejó en la reunión tanto del instrumento adicional propuesto por la UE para condicionar el comercio al cumplimiento de garantías climáticas y de la legislación aprobada este año por los europeos que prohíbe la importación de productos procedentes de áreas desforestadas.
En la misma entrevista, el mandatario manifestó su optimismo con el crecimiento de la economía de Brasil y dijo que el PIB se expandirá este año más del 2,5 %, muy por encima de la expansión del 1,68 % prevista por los economistas.
«Estuve en Hiroshima para discutir economía con el G7 y conversé con la directora del FMI. Le dije que la encontraría a fin de año para decirle que sus proyecciones para el crecimiento de Brasil estaban equivocadas. Ellos dicen que vamos a crecer el 0,9 % y yo creo que tal vez vamos a crecer más del 2,5 %», dijo.