Ciudad de México, 16 ago (EFE).- El Gobierno mexicano anunció este martes que busca ayuda de dos empresas extranjeras, una de Alemania y otra de Estados Unidos, para el rescate de los 10 mineros que llevan casi dos semanas atrapados en una mina en el norteño estado de Coahuila.
«Platicaremos el día de hoy con ellos para saber quién es la que nos puede aportar la mejor opinión, la más amplia, tomando en cuenta las condiciones de nuestra mina», declaró Laura Velázquez, coordinadora nacional de Protección Civil, en la conferencia diaria del Gobierno.
La funcionaria, encargada del rescate, hizo este anuncio tras cumplirse más de 300 horas del derrumbe el 3 de agosto, cuando colapsó la mina Pinabete en el municipio de Sabinas, Coahuila, por la inundación provocada por una mina contigua abandonada, Conchas Norte.
Las autoridades reaccionaron al reclamo de los familiares, quienes pidieron este sábado la ayuda de equipos de rescate internacionales al denunciar la lentitud del operativo, en el que participan casi 700 efectivos de las Fuerzas Armadas y civiles.
«Son dos empresas que nos darán una opinión para determinar las opciones con mayor precisión. Esta es una solicitud permanente de parte de las familias, con quienes estamos de manera permanente», afirmó Velázquez.
La titular de Protección Civil no detalló los nombres de las empresas consultadas ni precisó en qué consistirá la asesoría.
Se limitó a mencionar que las gestiones las realiza el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard.
El Gobierno había anunciado el viernes pasado que ya existían condiciones para entrar a por los mineros, atrapados desde el 3 de agosto a las 13.35 hora local (18.35 GMT).
Pero las autoridades reconocieron este lunes complicaciones por una nueva inundación causada el domingo por la mina Conchas Norte, abandonada desde 1996.
Los efectivos de las Fuerzas Armadas y Protección Civil han extraído 295.000 metros cúbicos de agua para que puedan ingresar los rescatistas, pero la mina Conchas Norte tiene un estimado de 1,9 millones de metros cúbicos.
La nueva estrategia de los rescatistas consiste en construir un muro entre ambas minas para evitar el intercambio de agua y estudios geofísicos para identificar huecos u oquedades.
“Se está estabilizando estos niveles entre ambas minas, entre Conchas Norte y Pinabete, lo cual nos va a establecer un tope final», mencionó Velázquez.
El derrumbe ha reactivado la polémica en México por la actuación de las mineras en la región carbonífera, donde se han registrado más de 100 muertes de personas dedicadas a la minería, de acuerdo con la Familia Pasta de Conchos, que agrupa a familiares de fallecidos en el derrumbe de 2006 en la mina de ese nombre.