Buenos Aires, 15 sep (EFE).- La calificadora de riesgo Moody’s advirtió este jueves que los riesgos climáticos físicos en América Latina van en aumento, con un impacto negativo creciente en diversos sectores económicos y la calidad crediticia de éstos.
La agencia sostuvo en un informe que América Latina y el Caribe enfrentan múltiples riesgos, cada vez más frecuentes, debido a la crisis climática, entre ellos, el aumento del nivel del mar, incendios, sequías, inundaciones y fenómenos meteorológicos extremos «sin precedentes».
Advirtió que el calentamiento global y otros riesgos ambientales directos derivados del cambio climático «empeorarán cada vez más y afectarán la calidad crediticia» en varias regiones geográficas y sectores.
Este impacto, según el informe, será mayor en ciertos sectores.
De acuerdo al análisis de Moody’s, la producción de hidrocarburos, los servicios públicos y los recursos naturales son los sectores más expuestos a los riesgos físicos de la crisis climática, mientras que los bancos enfrentan riesgos indirectos a partir de sus carteras de inversiones y préstamos.
Según Barbara Mattos, vicepresidenta senior de Moody’s, «el riesgo físico del cambio climático en América Latina es particularmente significativo para las industrias con activos fijos, como minería, petróleo y gas, puertos y servicios públicos».
«Los fenómenos meteorológicos extremos en la región afectan con mayor frecuencia las operaciones o las cadenas de suministro en sectores como la logística e infraestructura, agricultura, minería, pesca, energía, servicios públicos y telecomunicaciones», precisó Mattos.
RIESGOS DIVERSOS
De acuerdo al reporte, en Brasil, la crisis climática presenta una amenaza para los cultivos y podría implicar pérdidas para la producción agrícola y de proteínas, «aunque la diversificación geográfica reduce ese riesgo».
Moody’s apuntó que el «estrés hídrico» representa el principal riesgo para los servicios públicos en Brasil, ya que este país genera cerca del 67 % de su electricidad a partir de energía hidroeléctrica, «aunque las elevadas inversiones en transmisión y energías renovables alternativas alivian el riesgo sistémico».
En tanto, las sequías representan un riesgo «elevado» para la producción agrícola en México, ya que afectan la cosecha de maíz, el principal cultivo de ese país.
Otras industrias con alto consumo de agua, como la producción de bebidas, enfrentarán costos más elevados por la creciente escasez de agua.
Por su parte, las compañías petroleras de México y el Caribe están muy expuestas a huracanes.
Perú y Colombia, en tanto, se enfrentan al creciente riesgo de alteraciones de las corrientes oceánicas, mientras que el «estrés hídrico» también complica las operaciones mineras, agrícolas e hidroeléctricas en Chile.
Asimismo, los cambios en el nivel de precipitaciones, las olas de calor y las sequías alteran la producción y el comercio de granos en Argentina, uno de los mayores productores y exportadores agrícolas del mundo.