Panamá, 17 mar (EFE).- La calificadora de riesgo Moody’s degradó este miércoles a Baa2 con perspectiva estable la calificación de Panamá, dado el «deterioro» de los indicadores fiscales debido al «severo impacto económico de la pandemia».
Ya en octubre pasado Moody’s había cambiado de estable a negativa la perspectiva de Panamá pero manteniendo la calificación de riesgo en Baa1, que ahora ha degradado a Baa2 con perspectiva estable.
En un informe, la agencia explicó que «el factor clave para la rebaja de la calificación es el deterioro material en la fortaleza fiscal de Panamá impulsado por el severo impacto económico de la pandemia».
Si bien la mayoría de los soberanos han experimentado alguna disminución en su fortaleza fiscal, «en el caso de Panamá la erosión ha sido inusualmente grande en relación con las calificaciones de sus pares», indicó la calificadora.
El producto interno bruto (PIB) de Panamá se derrumbó un 17,9 %, en el 2020 arrastrado por las medidas restrictivas para combatir la pandemia que prácticamente paralizaron durante más de seis meses la economía del país, dependiente del sector de los servicios y muy vinculada a factores externos.
La relación deuda-PIB pasó de 46,4 % en el 2019, año en el que en julio asumió el gobierno el presidente Laurentino Cortizo para un período de cinco años, a 69,8 % en el 2020, «por encima de la mediana de 62,1 % Baa», indicó Moody’s.
«Un aumento de la deuda de 23 puntos porcentuales del PIB superó con creces el promedio de aumento de 13 puntos porcentuales informado por pares calificados Baa», precisó la calificadora.
De acuerdo con los datos oficiales, la deuda del sector público no financiero cerró el año pasado en 36.959,9 millones de dólares, unos 5.941,4 millones más que en el 2019.
PERSPECTIVA ESTABLE
Moody’s dijo que «la perspectiva estable refleja un equilibrio entre las fortalezas crediticias fundamentales de Panamá, es decir, una dinámica economía basada en servicios con la inversión como principal motor de crecimiento y bajo riesgo de financiamiento gubernamental, en contra de los desafíos que enfrentarán las autoridades a medida que implementen la consolidación fiscal en los próximos años».
«Las sólidas perspectivas de crecimiento a mediano plazo siguen siendo un factor clave que respalda el perfil crediticio de Panamá con Moody’s. Se espera un crecimiento tendencial por encima del 4 % después de 2021», indicó la calificadora.
Ese crecimiento estará impulsado por la inversión extranjera, para la que Panamá es atractivo dado «su rol como hub de comercio global y por su estratégica», y se dinamizará «si se lleva a cabo» la cartera de proyectos de infraestructura pública y privada.
«La perspectiva estable también incorpora riesgos que podrían complicar los esfuerzos de las autoridades a mediano plazo para mejorar las cuentas fiscales. En ausencia de un progreso sustancial y sostenido en el frente fiscal, las métricas podrían continuar debilitándose», dijo la calificadora.
Añadió que «dada la baja recaudación de impuestos» se espera «que las autoridades apunten a mantener altos niveles de inversión pública para apoyar la recuperación económica mientras se enfrenta a las crecientes presiones fiscales del aumento del gasto corriente y de la situación financiera más débil del sistema de seguridad social, cuyas cifras se han deteriorado más rápidamente de lo que el gobierno había anticipado inicialmente».