Ciudad de México, 31 may (EFE).- La aceleración en la campaña de vacunación contra la covid-19 es fundamental para revitalizar la recuperación de la economía mexicana, que crecerá un 5 % en 2021 y un 3,2 % en 2022, según las estimaciones de la OCDE.
En su informe semestral de Perspectivas, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) apuntó unas previsiones para la economía mexicana similares a lo pronosticado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) mexicana que son del 5,3 % para este año y del 3,6 % en 2022.
El documento destaca que el incremento de las exportaciones manufactureras respaldará el crecimiento beneficiándose de la fuerte recuperación y el apoyo de las políticas en Estados Unidos, mientras que el consumo privado se fortalecerá gradualmente, ayudado por las remesas y el despliegue de vacunas.
La OCDE señaló que la inflación aumentó en la primera mitad de 2021 debido al incremento de los precios de la energía, pero se espera que disminuya en medio de una gran capacidad disponible.
Además, destacó que la pobreza, las desigualdades y las brechas de género «se han ampliado nuevamente» debido a la pandemia.
Sobre la campaña de vacunación para revitalizar la recuperación económica, la OCDE dijo que se está realizando un esfuerzo gradual que es necesario acelerarlo.
Según la OCDE, la prudencia fiscal de los últimos años, al no aumentar impuestos, y la rigurosa gestión de la deuda pública brindan a México espacio adicional para un apoyo fiscal temporal dirigido a las personas y empresas más afectadas por la pandemia.
Sobre el crecimiento del 5 % en 2021, la OCDE dijo que en la primera mitad del año se deberá principalmente a las exportaciones, mientras que en la segunda mitad y en 2022, con una mayor participación de la población vacunada y la mejora gradual del mercado laboral, «el consumo interno también se fortalecerá y se convertirá en un motor clave de crecimiento».
El informe señala también que la volatilidad financiera en economías de mercados emergentes «puede desencadenar una mayor aversión al riesgo global, reducir las entradas financieras netas y aumentar los costos de financiamiento de México».
Hasta ahora, dijo que el tipo de cambio flexible «está ayudando a la economía a absorber los choques externos, con un respaldo adicional proporcionado por amplias reservas internacionales, líneas «swap» en dólares estadounidenses y líneas de crédito precautorias.
Lo positivo, indicó la OCDE, es que si la recuperación de los socios comerciales es más fuerte de lo previsto, «las exportaciones y la creación de empleo podrían ser más sólidas».
La integración de la cadena de suministro podría profundizarse aún más gracias al Tratado comercial México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) que entró en vigor en julio de 2020.