Santiago de Chile, 23 sep (EFE).- El Parlamento chileno comenzó este miércoles la discusión de un proyecto que permitiría un segundo retiro del 10 % de los fondos de pensiones, dos meses después de la aprobación del primero, del que ya se beneficiaron más 9,5 millones de personas y que supusieron más 15.000 millones de dólares.
La propuesta, planteada por la oposición, pretende dar holgura económica a las familias chilenas para enfrentar la crisis generada por la pandemia, que ha llevado a un crecimiento del desempleo y las deudas a raíz de las restricciones sanitarias.
«Es altamente probable que, tal como se los prometí, podamos llegar a la Navidad con este segundo retiro del 10% en sus bolsillos», anunció la diputada izquierdista Pamela Jiles, una de las impulsoras del proyecto.
Esta segunda reforma se daría bajo las mismas condiciones que la la primera, en forma de ingreso directo y único a los cotizantes del 10 % de sus ahorros, gestionados por las empresas privadas Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP).
Estas entidades se encargan del ahorro individual obligatorio en el que se basa el modelo chileno, mediante el cual cada trabajador aporta un 10 % mensual de su sueldo bruto a un fondo del que puede disponer cuando se jubila.
Según datos de la Superintendencia de Pensiones, hasta la fecha el 87 % del total de afiliados al sistema solicitó el beneficio tras la primera aprobación, y el pago promedio fue de 1.565 dólares por persona.
«Tenemos la inquietud de que el costo de la crisis no lo asuman los trabajadores. Se termina la renta básica de emergencia en un par de meses. La palabra la tiene el gobierno», afirmó a medios locales el diputado de la oposición Matías Walker, que preside la Comisión de Constitución en la que comenzará la discusión de la iniciativa.
Tras pasar por la comisión constitucional, para que el proyecto se convierta en ley deberá ser aprobada en la Cámara de diputados y en el Senado, trámite que puede extenderse hasta el comienzo del próximo año.
Al igual que con el primer proyecto para retirar fondos aprobado en julio, el Gobierno se posicionó en contra esta segunda reforma aludiendo a que terminaría perjudicando al sistema de pensiones.
«Un segundo retiro permitiría activar la economía pero es a costa de las pensiones de todas las personas, sobre todo de los más pobres», explicó el ministro de Economía, Lucas Palacios.
La ministra del Trabajo, María José Zaldívar, explicó que el segundo retiro no sería una medida efectiva puesto que muchos ciudadanos se quedaron sin fondos tras el primero, que permitía extraer la totalidad de los ahorros a quienes tuvieran menos de 1.280 dólares.
Según un estudio reciente de la Superintendencia de Pensiones, uno de cada cinco afiliados carecen de fondos tras la primera oportunidad de retirar el capital y por lo tanto, no podrían acogerse a este segundo beneficio.
El Ejecutivo del conservador Sebastian Piñera reconoció que el primer retiro anticipado de los fondos de pensiones tuvo un impacto «positivo» en la mermada economía del país, pese a haberse mostrado muy crítico con la reforma inicial y haber votado en su contra.
La medida favoreció el consumo doméstico y produjo una reactivación e inyección de liquidez a corto plazo, con una leve mejoría de las negativas proyecciones económicas del país.
El sistema de pensiones chileno, ideado por uno de los hermanos del actual mandatario e instaurado durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), fue pionero en establecer la capitalización individual del trabajador y se replicó en otros países latinoamericanos.