Lima, 6 nov (EFE).- La explotación del gas natural del yacimiento de Camisea, ubicado en el corazón de la selva amazónica peruana, ha permitido al país ahorrar 100.000 millones de dólares en los quince años que lleva operativo, además de ingresos fiscales por valor de 9.000 millones de dólares.
Estas cifras emanan de un informe publicado por la consultora Macrocosult, que analizó tanto las contribuciones directas e indirectas a la economía peruana cómo los ahorros derivados de incorporación del gas de Camisea, operada por la compañía argentina Pluspetrol, a la matriz energética e industrial del país.
APORTE CRUCIAL
«Sin ninguna duda, este es un proyecto de tamaño importante, que ha servido de gran apoyo a la balanza comercial, a las exportaciones de hidrocarburos, genera casi la mitad de la potencia energética, de gran uso industrial y familiar…», resumió a Efe Elmer Cuba, economista y responsable del estudio de Macroconsult.
Según los datos del informe, esos 100.000 millones de dólares de ahorro acumulados entre 2004 y 2019, se repartieron en prácticamente todos los sectores de la economía, pero con especial importancia en la generación de energía eléctrica, donde el uso de gas natural como fuente primaria permitió a los usuarios un ahorro de 77.000 millones de dólares.
El transporte (11.542 millones de dólares), la industria mediana y el comercio (8.312 millones), la gran industria (2.930 millones) y el uso residencial (419 millones) se beneficiaron también de la explotación del gas natural por la reducción de costos comparados con lo que hubiera supuesto el uso de otras energías.
«En el caso eléctrico y de manera creciente, el gas de Camisea ya genera cerca de la mitad de la producción de electricidad (…) El ahorro es mayor en tanto se usa más el producto o si se cambio el costo del combustible…Es un ahorro volátil, pues depende de otros precios», apuntó el analista.
ARCAS PÚBLICAS
Más allá del ahorro, entre 2004 y 2019 la contribución directa media anual a la economía peruana de la explotación fue equivalente al 1,1% del PIB, con un aporte del 39% al PIB del sector de los hidrocarburos.
Aproximadamente, eso equivale a unos 4.965 millones de soles anuales que ingresaron a la economía peruana, unos 1.400 millones de dólares.
A juicio de Cuba, pese a algunas críticas que la explotación de un yacimiento en la Amazonía ha generado históricamente en el país, «la verdad es que un proyecto ha tenido mucha rentabilidad para Perú».
«Gane o pierda la compañía, que depende de su capacidad para tener utilidades, da igual. El país recauda el 40% de las ventas, las regalías, a través del canon minero. Y las tres cuartas partes de ese dinero se queda en la región, esa es la realidad», afirmó el autor del análisis.
En ese sentido, el informe apunta que el aporte anual al fisco peruano de la explotación fue de unos 2.000 millones de soles, unos 572 millones de dólares, entre los pagos al impuesto de la renta y el canon minero, que va a manos de los gobiernos regionales para la financiación de proyectos de infraestructura.
Otro aporte del gas fue contribuir con casi más de 50.000 millones de dólares entre 2004 y 2019 a compensar la balanza de pagos peruana, ya que se exportaron 18.000 millones de dólares de gas natural y se dejaron de importar 35.000 millones en diesel, gasolinas y otros combustibles.
El impacto de Camisea en el empleo, tanto el directo como el inducido como «multiplicador indirecto», habría alcanzado los 115.000 puestos de trabajo en los quince años de operación.
MAYOR IMPACTO
A juicio de Cuba, Perú cuenta opciones para impulsar no ya el impacto de Camisea, sino de la industria del gas natural, que pasarían por la explotación de nuevos yacimientos y por un mayor uso de ese recurso, que en principio parecería limitado al consumo doméstico.
«Perú debería aumentar las reservas, no tanto la demanda, pues más de lo que hay no puede haber. Pero las reservas permitirían a Perú ser más competitivo en el largo plazo», apuntó.
En ese sentido, dijo que el espacio para masificar el uso doméstico del gas aún existe, si bien en el Perú el consumo no es muy alto pues el clima en la zona donde habita la inmensa mayor parte de la población, la costa y el entorno de la ciudad de Lima, cuenta con un clima templado que hace que no sean necesarios sistemas de calefacción.
«Y sin eso el consumo no es potente», dijo el analista.
Perú sí podría exportar aún más el recurso, lo que redundaría en mayores ingresos para el Estado, que por ejemplo podría invertir en crear «capital humano, pues los hidrocarburos no serán una fuente de ingresos para siempre».
En cualquier caso, Cuba opinó que para Perú sería «un exceso de chovinismo» pensar que el recurso debería usase sólo domésticamente para desarrollar industrias, pues «de hecho las empresas más grandes del país y sus industrias, ya se aprovechan de ese gas» y además, «lo que gana el Perú son las regalías y el impuesto a la renta, sin importar quien sea el consumidor final».