Lima, 13 oct (EFE).- Perú reabrirá sus maravillas nuevamente al mundo «homologado y seguro» para el turismo en virtud del sello «Safe Travels» (viajes seguros, en inglés) que el Consejo Mundial de Viajes y Turismo (CMVT) otorgó al país por su cumplimiento de los criterios de seguridad e higiene para atajar la COVID-19.
El distintivo fue entregado este jueves en una ceremonia realizada en el santuario de Machu Picchu por representantes del CMVT a los responsables del Gobierno peruano encabezados por el primer ministro Walter Martos y la ministra de Comercio Exterior y Turismo, Rocío Barrios, en un evento que sirvió para reafirmar el compromiso del país por la reapertura segura de un sector muy duramente dañado por el parón causado por el virus.
«Para nosotros, en verdad, lograr este sello es importante. Hemos tenido una cuarentena bastante restrictiva y recién ahora abrimos las actividades para recuperar el turismo. Recibir este sello, fruto de crear y cumplir protocolos de varios meses y pasar las homologaciones, nos permite ser un destino seguro», dijo a Efe la ministra Barrios al término de la ceremonia.
PROTOCOLOS
El sello «Safe Travels» fue creado por el CMVT para distinguir a los destinos y empresas turísticas que adopten sus estándares para garantizar la higiene de establecimientos y proteger la salud de los viajeros y se otorga toda vez que se cumplan en su totalidad los protocolos de higiene, sanidad y distanciamiento físico para el combate del coronavirus.
Las medidas siguen normas establecidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y abarcan todos los aspectos del sector turismo, como hostelería, comercio, aerolíneas y aeropuertos, atractivos turísticos, alquiler de autos e incluso alquileres de corta duración.
Todas las iniciativas que deben ser cumplidas, como la limpieza constante de manos, desinfección, uso de máscaras o garantías de distanciamiento social, entre otras muchas medidas.
«Lo que garantiza el sello es que tenemos esos protocolos, que todo está controlado y analizado. Y así lo primero que vamos a poder mostrar es que no solo somos una reserva de culturas y maravillas, sino que somos seguros. También podemos demostrar que muchos de nuestros destinos, como Machu Picchu o la Amazonía, son opciones de turismo al aire libre, con todo el potencial que eso tiene», dijo Barrios.
VAMOS A VOLVER
En ese sentido, Barrios indicó que el próximo 17 de octubre Perú lanzará una campaña de promoción como destino turístico en todo el mundo bajo el lema «Vamos a volver», con el fin de recuperar poco a poco un sector devastado por la pandemia.
«Hace tres semanas reabrimos los vuelos internacionales, de momento con siete destinos. A partir de ahora se van a ir abriendo más para recibir turismo receptivo y corporativo. Con nuestra campaña no solo apuntaremos al mercado nacional, sino que queremos volver a vender paquetes a los turistas internacionales para poder recibirlos gratamente al país» añadió la ministra.
Sin embargo, la conciencia clara en Perú es que recuperar los más de cuatro millones de turistas anuales que recibía el país antes de la pandemia será «un proceso progresivo y largo» y que de momento el trabajo es «hacer recuperar la confianza» a los visitantes.
«Esperamos lograr eso, que el turista confíe, para que el próximo año puedan estar de vuelta por aquí. Es un largo aliento, pero es cierto que las condiciones aquí son más ricas que las de otros lugares para el turismo con cuidado del Covid», razonó la ministra.
TURISTA DE EXCEPCIÓN
La entrega del sello de «Safe Travels» tuvo un testigo de excepción, el japonés Jesse Takayama, quien durante el fin de semana se convirtió formalmente en el primer turista en visitar Machu Picchu desde el inicio del estado de emergencia en Perú hace más de siete meses,
Takayama entró en la ciudadela inca tras haber pasado todo este tiempo varado en el pueblo ubicado al pie de esa maravilla de la humanidad sin poder visitar las ruinas.
Tras varias gestiones, que incluyeron al ministerio de Cultura y las autoridades regionales, Takayama pudo visitar el recinto acompañado por el propio director de la reserva arqueológica, José Bastante, en parte como prueba de los nuevos criterios de bioseguridad que se aplicarán a los turistas.
En el caso concreto de Machu Picchu, el ministerio de Cultura confirmó que, una vez que se permita el ingreso de visitantes, solo entrarán 675 turistas por día al recinto, el 30 % de la capacidad en temporada normal, en grupos de ocho personas como máximo, acompañados de un guía, y entre ellos deberán guardar una distancia mínima de 1,5 metros.