Río de Janeiro, 11 sep (EFE).- La Procuraduría General de la República pidió este viernes que la compañía estadounidense General Motors (GM) recoja cerca de 1,2 millones unidades comercializadas del «Chevrolet Onix», el automóvil más vendido de Brasil, por alegados problemas de seguridad.
Mediante un recurso interpuesto ante la Nación y ante el Departamento Nacional de Tránsito, el Ministerio Público busca que todos los vehículos de ese modelo que fueron vendidos desde 2012 sean retirados de las calles por la GM para adecuarlos a las condiciones de seguridad exigidas por el Programa de Evaluación de Autos Nuevos para América Latina y el Caribe (Latin CAP).
Según la Procuraduría, el Chevrolet Onix recibió en 2017 una puntuación de cero en una prueba de seguridad que evaluó la protección de sus ocupantes ante la ocurrencia de impactos laterales.
«La deficiencia de este modelo es tan llamativa que cuando se realizó la prueba, su puerta trasera se abrió, demostrando el alto riesgo para sus ocupantes, especialmente los niños», señaló el procurador Cléber Eustáquio Neves, citado en un comunicado del Ministerio Público.
De acuerdo con Neves, el Chevrolet Onix vendido en Brasil no cumple la regulación básica de protección contra impactos laterales de las Naciones Unidas (UN95) y es diferente al modelo que se comercializa en Europa y Estados Unidos, donde tiene mejores resultados de seguridad.
«Las pruebas mostraron que el Onix brasileño no estaría aprobado por la regulación de la ONU ni por el Estándar Federal de Seguridad de Vehículos de los Estados Unidos», agregó.
La GM respondió a la acusación de la Procuraduría argumentando que el Chevrolet Onix cumple con todas las especificaciones de seguridad requeridas en Brasil, y señaló que atenderá las nuevas normativas exigidas por el país sudamericano, pero dijo que los resultados de las pruebas realizadas por la Latin CAP no significan que el vehículo sea inseguro.
Latin CAP, por ser una institución privada, utiliza solo sus propios criterios de evaluación, según el fabricante.
Según el Ministerio Público, aunque la GM alega que sus vehículos nunca estuvieron por fuera de los patrones de seguridad impuestos en Brasil, el fabricante, tras un llamado de la Procuraduría, alteró la estructura de las laterales del Onix, y en 2018, después de una nueva evaluación, recibió nota tres de la Latin CAP.
Pese a que la Secretaría Nacional del Consumidor dijo que la competencia para autorizar la venta de vehículos en territorio brasileño pertenece al Departamento Nacional de Tránsito y no hay que validar lo que señala la Latin CAP, la Procuraduría insistió en que, desde 2012, circula en el país «un vehículo inadecuado» que «contribuye a la ocurrencia de numerosos accidentes con consecuencias irreversibles».
Desde su lanzamiento a finales de 2012 y hasta octubre de 2018, la Chevrolet facturó, anualmente, más de 8.300 millones de reales (unos 1.596 millones de dólares) por la venta de un millón de unidades de Onix en Brasil.
Según un comunicado, la filial de la empresa estadounidense comercializó 241.214 unidades de este modelo en 2019, ratificando por quinto año consecutivo su liderazgo en el país.