Buenos Aires, 12 abr (EFE).- Los principales candidatos presidenciales de la oposición en Argentina prometieron este miércoles volver a poner de pie al agro, el principal sector económico del país, muy golpeado por la sequía y ahogado por la presión tributaria y las múltiples regulaciones que atraviesan la actividad agropecuaria.
En un encuentro organizado por la Sociedad Rural Argentina -una de las cuatro mayores patronales agrarias del país-, los aspirantes a la Presidencia coincidieron en la necesidad de eliminar los derechos de exportación para el agro -denominados retenciones- y unificar el tipo de cambio, aunque con más de un matiz en el modo y la velocidad para lograrlo.
«Para mí el campo argentino es el mejor del mundo. Se banca la brecha, las retenciones, 22 impuestos más y las expropiaciones. Ustedes tienen que ser la estrella, tienen que ser la locomotora», afirmó el economista libertario Javier Milei, cuya propuesta incluye eliminar el Banco Central y dolarizar la economía argentina.
Menos radical en sus propuestas, Patricia Bullrich, titular del partido de centro derecha Propuesta Republicana (Pro), promete virar hacia un «sistema capitalista de reglas», con un Banco Central que no emita dinero para asistir al Tesoro, y el fin de las restricciones cambiarias y la multiplicidad de tipos de cambio que distorsiona toda la actividad económica.
La presidenta del Pro -fuerza integrante del mayor frente opositor, Juntos por el Cambio, promete además eliminar las trabas a las importaciones y las exportaciones y aplicar «mano dura» contra las usurpaciones de tierras.
SECTOR CLAVE
La actividad agropecuaria y las cadenas industriales asociadas tienen un fuerte peso en la economía argentina.
Según datos de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina, las cadenas agroindustriales generan el 67 % de los ingresos por exportaciones del país (59.519 millones de dólares en 2022) y emplean a 3,7 millones de personas, el 24 % del trabajo privado en el país.
El sector tiene además peso propio en las cuentas del país: aporta el 97 % de la recaudación por derechos de exportación, unos 10.591 millones de dólares en 2022, pero esa cifra asciende a unos 170.000 millones en los últimos 20 años.
Las retenciones -con alícuotas que llegan al 33 %- son, de hecho, eje de una severa controversia desde 2008 entre el kirchnerismo y el campo, que en cada elección reclama el fin de los derechos de exportación.
Miguel Ángel Pichetto, un peronista que en 2008 defendió el alza de estos tributos y que ahora milita en Juntos por el Cambio, cree que hay que eliminar las retenciones pero de forma gradual por las necesidades fiscales del país.
Para Bullrich, el «hachazo» debe darse lo más rápido posible. Asegura que de ese modo Argentina puede crecer un 38 % hasta 2030.
«Queremos que se le saque el pie de encima al campo para que el campo pueda producir más», aseveró por su parte el gobernador de la provincia de Córdoba, Juna Schiaretti, integrante del denominado peronismo federal que está enfrentado al actual Gobierno.
VOTO DEL CAMPO
Schiaretti también habló de un plan de estabilización macroeconómica, que incluye disciplina fiscal, eje con el que también estuvo de acuerdo el gobernador de la provincia de Jujuy, Gerardo Morales, líder de la Unión Cívica Radical, otra de las fuerzas de Juntos por el Cambio.
Morales dijo que, además de medidas monetarias y financieras, se requiere un «programa productivista» que haga que el campo deje de ser «el único sector al que hay que caerle cuando faltan dólares en el Banco Central».
Por su parte, el alcalde de Buenos Aires y miembro del Pro, Horacio Rodríguez Larreta, expuso varias medidas posibles con el objetivo de duplicar las agroexportaciones en seis años, con planes que, aseguró, se diseñarán y aplicarán, si es el próximo presidente, en colaboración estrecha con los representantes del sector, toda una promesa en tiempos en los que el «voto del campo» vuelve al centro de la escena en el complejo escenario político argentino.
Natalia Kidd
