Ciudad de México, 15 mar (EFE).- La nueva y ambiciosa película del reconocido director mexicano Luis Estrada, «¡Que viva México!», ofrece un reflejo de la sociedad mexicana, recordando al muralismo, en el que buscaba que cualquiera pudiese verse reflejado, aseguró en entrevista con EFE.
«Fue esta idea del muralismo mexicano, del cual me siento heredero. Uno de mis murales favoritos es el «Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central» (1947), de Diego Rivera, donde está una sociedad completa retratada», compartió, y admitió que tiene un lado de caricaturista.
La idea de la película nació de sus preocupaciones reales, de sus conversaciones por años. También de su relación de amor y odio con su país.
«El ser mexicano es una cosa que llevo con orgullo pero a veces también con vergüenza y tengo una relación de amor-odio con este país. Hay cosas que me maravillan y otras que son el horror personificado y, a veces, hasta tengo ganas de salir corriendo», relató.
Después de años de trabajo como cineasta y de películas como «La ley de Herodes» (1999) o «Una dictadura perfecta» (2014) en las que trataba también temas sociales y políticos pero de una manera más concreta, quiso retratar a toda la sociedad mexicana.
«Dije voy a hacer una película donde estemos retratados todos, donde nos veamos y la gente se pueda identificar, reirse de sí mismo. También quería hablar del tiempo que estamos viviendo, de la polarización, de la intolerancia», relató.
La cinta relata la historia de Pancho Reyes (Alfonso Herrera), un próspero y «aspiracional» hombre de clase media que abandonó veinte años atrás su pueblo natal y se olvidó por completo de su numerosa y paupérrima familia.
Un día, recibe una noticia inesperada cuando su padre (Damián Alcázar) le informa que su abuelo (Joaquín Cosío), un viejo y rico minero, acaba de fallecer, y que él es parte de su testamento y posible heredero. Pancho decide regresar al remoto pueblo de La Prosperidad pero su presencia despierta viejos sentimientos de envidia y odio provocando una gran batalla.
UN REPARTO AMBICIOSO
Estrada confesó que «¡Que viva México!», cuyo guión coescribió con Jaime Sampietro, es una película muy ambiciosa, pero no solo por el tema, sino también por el nivel de producción y el elenco, compuesto por actores de la talla de Alcázar, Herrera, Cosío o Ana de la Reguera.
Los actores compartieron en entrevista con EFE que todos pararon su agenda para poder trabajar con Estrada.
«Es muy divertido estar en un set de Luis, es una fiesta. Es un equipo que ha venido desde siete pelis. Él conforma una familia y por eso todos los que estamos en sus proyectos, cuando nos invita, todos decimos que sí y si tenemos algo decimos ‘gracias prefiero irme con Luis'», comentó Herrera.
Y De la Reguera coincidió con él. «Por eso es tan rico hacerlo (trabajar con Estrada), porque es llegar a jugar y a gozar, porque el trabajo ya lo hizo por ti, ya le dio cien vueltas, todas las respuestas las tiene», dijo.
Alcázar, quien lleva ya varias películas trabajando con el director y que incluso habla con Estrada sobre los personajes antes de que termine el guión, detalló que las películas de Luis, que son farsas de humor negro, tienen personajes complejos y con muchos matices.
Relató que el guión siempre da la base pero que el actor tiene que darle «humanidad a la caricatura». «Cualquiera se puede ir con la caricatura pero no, tienes que trabajar un hilo muy tenue», dijo.
Por último, Estrada reconoció que sus rodajes generan ambiente festivo gracias a la libertad que hay en los mismos.
«Somos muy privilegiados por poder dedicarnos a esto. Hacer lo que te gusta, también decir lo que quieres con independencia y libertad crea un clima que hay que celebrar y por eso nuestras filmaciones son una fiesta», terminó.