Lima, 5 feb (EFE).- La petrolera española Repsol mostró este sábado los «resultados significativos» que ha conseguido hasta el momento en la limpieza de las zonas de mar y playas que el pasado 15 de enero fueron afectadas por un derrame de petróleo desde la refinería La Pampilla, en la provincia limeña del Callao.
«El avance que tenemos es ya de un 43 % de todas las tareas de limpieza en general», afirmó Luis Vásquez, vocero de la empresa, tras realizar un sobrevuelo en helicóptero, en el que participó Efe, por la zona afectada por el derrame, desde el distrito de Ventanilla, en el Callao, hasta Chancay, en el norte de Lima.
Durante el recorrido se pudo apreciar el trabajo que hacen embarcaciones de diverso calado en el mar cercano a las costas, el estado de las pequeñas islas cercanas y de las playas y acantilados, así como los campamentos de las cuadrillas que limpian la arena.
Esas cuadrillas recogen la arena afectada por el crudo, mientras que las embarcaciones recolectan el combustible en el mar con equipos especiales y también se han instalado barreras especiales para evitar que el crudo siga avanzando con las corrientes marinas.
TAREAS AVANZADAS
Vásquez comentó, al respecto, que «ya las tareas de mar están bastante avanzadas, con resultados significativos», por lo que esperan tener la zona limpia «completamente a mediados de este mes».
«Lo que estamos viendo en el mar son pequeñas manchas de aceite, de hidrocarburos, que están identificadas y ya están en proceso de retirar», acotó.
Aseguró, además, que Repsol siempre ha estado muy preocupada «por cualquier impacto en la naturaleza» y que la limpieza en las playas «accesibles y grandes» concluirá a fines de este mes.
«Nos quedaría solamente para marzo concluir la labor en arrecifes, en acantilados, en zonas rocosas, donde los mecanismos de limpieza son muchos más selectivos y manuales», dijo.
El vocero agregó que las playas se evalúan «con metodologías internacionales» para identificar el tipo de tecnología a usar en cada caso particular, lo que permitirá «garantizar que van a estar libres de hidrocarburos y sin afectar el ecosistema que había antes» del desastre natural.
Vásquez sostuvo, finalmente, que la petrolera está cumpliendo lo que se había propuesto «y los hitos del cronograma» que presentó antes las autoridades peruanas.
«Quiero reiterar que Repsol desde el primer momento ha estado abocado a resolver, a todos los procesos de limpieza tanto en mar como en tierra, pero también a trabajar para minimizar y eliminar todos los efectos en la fauna y en las comunidades que han sido afectadas», concluyó.
DERRAME EN LIMA Y EL CALLAO
El derrame, que afectó playas de Lima y el Callao, se produjo en el terminal número 2 de la refinería La Pampilla, en Ventanilla, al soltarse o desprenderse presuntamente la plataforma de colectores, en coincidencia con un nivel inusitado del mar a causa del tsunami generado por la erupción volcánica en Tonga.
El litoral peruano fue impactado por unos 10.396 barriles de crudo, según datos de la empresa, que en un principio señaló que habían sido 6.000 barriles, mientras que las autoridades peruanas aseguran que fueron 11.900 barriles.
Repsol informó el jueves que el área afectada alcanzó los 105 kilómetros cuadrados, una superficie muy superior a los 11,9 kilómetros cuadrados que había informado el Gobierno peruano.
La empresa cuenta con un operativo de casi 3.000 personas repartidas en labores de limpieza, de las cuales 90 trabajan en el centro de control en la refinería para coordinar, revisar y evaluar las técnicas y los diferentes equipos.
Para monitorear y dirigir los operativos, este centro de control cuenta con 18 satélites e inteligencia artificial que ayuda a localizar la posición y el tamaño de las manchas en las aguas.
Además de tecnología y expertos, la empresa recalcó la importancia que le da al continuo contacto con las autoridades peruanas para coordinar y responder las cuestiones que plantean.
REABREN ACTIVIDADES EN REFINERÍA
En ese sentido, las autoridades de Perú autorizaron este sábado que se retomen durante diez días las actividades de carga y descarga de hidrocarburos de La Pampilla, que habían sido suspendidas por el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA).
La decisión se anunció un día después de que las embajadas de Francia y Países Bajos manifestaran su preocupación sobre el abastecimiento de combustible para sus aerolíneas Air France y KLM, a raíz del corte de suministro dictado tras el derrame de crudo.
Cuando se informó sobre la paralización de operaciones, Repsol afirmó que iba colaborar con Perú para reabrir «lo antes posible» las actividades en La Pampilla, que abastece el 40 % del mercado nacional de combustibles y es la de mayor volumen del país, al procesar diariamente unos 120.000 barriles de crudo.