Lima, 6 may (EFE).- De un encuentro casual en Boston nació Santi, un dúo de ritmos alternativos que integra el cantante y compositor peruano Santiago Dañino junto con el productor estadounidense Andrew Dominitz, dos licenciados en tecnología que usan su bagaje corporativo para contribuir a «la evolución de la música latina».
De una experiencia profesional corporativa en el mundo de la tecnología, en principio ajena a la producción musical y sus entresijos, esta banda ha sacado enseñanzas estratégicas, en la conformación de equipos, control de calidad del producto y en alejar el «ego de la ecuación», tal y como aseveró Dañino en una entrevista con Efe.
El binomio, que ya acumula más de cinco millones de reproducciones en Spotify, está a las puertas de estrenar su segundo álbum, «Neón», cocinado en tiempos de pandemia, una coyuntura que, según el cantante, da aliento a una mayor «tecnologización» y «democratización» de la industria musical.
INICIOS DE UN «PROYECTO DE VIDA»
Dañino nació en Lima, pero se crió entre la capital peruana y Washington D.C, y aunque la música lo acompañó desde «siempre», el ahora compositor arrancó su carrera profesional en empresas como Spotify y Splice, donde se encargaba de «temas de estrategia corporativa».
Una noche de 2016, mientras terminaba sus estudios en Boston, su camino se cruzó con el de Dominitz, un joven que laboraba en el mismo sector que él, pero para Uber. Y de aquel encuentro brotó el embrión de Santi.
«Desde entonces supimos que esto iba a ser el proyecto de vida para los dos», recordó Dañino.
Su álbum debut, bautizado con el nombre del mismo dúo, vio la luz en 2019, de la mano del apoyo creativo de Fernando Garibay y Paradise Studios, el mismo equipo de producción detrás de artistas de la talla de Lady Gaga, Shakira, Sia y Britney Spears.
RAÍCES CORPORATIVAS
Con Dañino al mando de las melodías y letras y Dominitz de la producción, el binomio se mantuvo siempre fiel a su bagaje corporativo, que, según el cantante, les enseñó a entender la música «cada vez más como un negocio».
«Para nosotros ha sido súper útil poder ver nuestra data con un lente mucho más estratégico, cuando estamos considerando dónde dedicar presupuesto o dónde enfocarnos en cuanto a marketing», dijo.
Y añadió: «Otra lección que nos ha ayudado un montón del mundo corporativo es poder formar equipo y poder enfocarnos en la calidad de la música, del producto, y sacar nuestro ego de la ecuación».
UNA FUSIÓN DE ESTILOS
Más allá de esa visión estratégica compartida, la combinación de ambos artistas amalgama estilos y corrientes musicales que beben de tradiciones dispares, y les «permite crear algo totalmente nuevo y, en cierta forma, aportar a la evolución y a la globalización de la música latina».
Dañino creció pegado a las melodías de «todos los clásicos latinoamericanos», especialmente de Shakira, Maná, Bacilos y Gipsy Kings. Ahora, el cantante se confiesa fan de otros artistas como Maluma o Bad Bunny y sueña en colaborar algún día con Rosalía y C. Tangana.
En cambio, las influencias musicales de Dominitz, quien fue criado en California, tienen más que ver con géneros como el R&B, el jazz o la música clásica, según explicó su compañero.
El resultado de esta mezcla se traduce en sonidos con ritmos alternativos y recordatorios de los años ochenta, a los que, en su último single «París Pa’ Que», se suman vestigios del dembow y el reggaeton.
LA MÚSICA POSTPANDEMIA
«París Pa’ Que», disponible en las plataformas digitales desde el pasado 30 de abril, será la primera canción de «Neón», el segundo álbum de Santi, que se estrenará el próximo 28 de mayo.
Este nuevo single, orquestado durante la pandemia, celebra lo sencillo a fin de dar al público «un mensaje solidario en estos tiempos tan difíciles».
«Estamos escuchando hoy en día que (los artistas) se enfocan de repente en temas un poco más materialistas, que hablan de cosas lujosas, de viajes a París o a Ibiza, y nos pareció interesante darle un enfoque distinto y mandar el mensaje de que estas cosas realmente no importan si es que estás con la persona indicada», resumió Dañino.
Para el compositor peruano, la crisis sanitaria de la covid-19 ha «obligado» a los artistas a «encontrar nuevas formas de conectarse con sus oyentes, ya sea a través de las redes sociales o de conciertos virtuales».
«Esta etapa nos va a obligar a cambiar como industria, para bien. Porque conforme nos veamos más unidos con la tecnología, vamos a poder democratizar el proceso de creación en música e incluir a más gente en la industria», sostuvo.
Carla Samon Ros