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22 de noviembre de 2024

Santiago Auserón culmina el ciclo de «Semilla del son» con un viaje a la esencia en Cuba

San Sebastián (España), 27 sep (EFE).- La conexión del músico español Santiago Auserón con Cuba comenzó hace casi 40 años, antes de ser Juan Perro.

De sus viajes a la isla y sus investigaciones, nacieron ya en este siglo un disco y un libro. Ahora el ciclo culmina con un documental homónimo, «Semilla del son», que se presenta este miércoles en el Festival de Cine de San Sebastián (España).

Con motivo de su proyección en la sección Made in Spain, Auserón y el director del filme, el español Juanma Betancort, hablaron con EFE sobre este trabajo, para el que había planificado un mes de rodaje en Cuba, pero la irrupción de la covid lo redujo a la mitad.

La idea era recorrer la isla de este a oeste, que es el viaje que hicieron los mambises, los insurgentes que pelearon por la independencia.

Finalmente, decidieron conformarse con lo rodado en el oriente, pues Betancort entendía que había material suficiente y era muy complicado regresar ante la incierta evolución de la pandemia, explicó el realizador, autor entre otros títulos del documental «Playing Lecuona», dedicado al pianista y compositor cubano.

Auserón destacó que esa incidencia les permitió poner la atención en el lugar primigenio del son, en ciudades como Yateras o Baracoa, que fue la primera fundada por los españoles, a cuyas gentes se han dirigido para conocer su saber.

Preservar los sones antiguos

«Es curioso cómo a veces el azar te da una lección artística. Tenemos que dar las gracias a la diosa Fortuna por habernos obligado a poner el foco ahí, en un lugar que estuvo cinco siglos aislado por tierra, donde se conservan los protosones, que son el esqueleto de la música cubana», aseguró el cantante.

«Hay detallitos, un poso, maneras de tocar, de cantar, de mover las maracas, que se han transmitido de generación en generación durante 200 años», destacó.

«El documental tiene una función más objetiva, le da una especie de cualidad pública. Tiene más proyección y de algún modo sirve para fijar las ideas. Además, y esa es otra diferencia, en estas cuatro décadas he tenido tiempo para estudiarme todos los materiales recopilados en Cuba», señaló.

Aventura de riesgo

Auserón, en su proceso de «interiorización» del son, desde que sumó a Pancho Amat a su banda a mediados de los 90, siempre ha tenido a músicos cubanos cerca.

Recordó que cuando decidieron disolver Radio Futura y él ser Juan Perro, sabía que iba a perder «mucha atención» y que la aventura era de riesgo.

«Me criticaban porque había dejado el rock y me había pasado a la ‘salsa’. Y yo para mis adentros decía ‘¿Sí? Ya veremos’. El asunto es que todo eso requería tiempo. Necesitaba tiempo de cocción», afirmó.

Agregó que «esto no ha acabado», que «tiene que seguir». Anima a «compartir el diálogo dentro del ámbito de la Hispanidad e incluso de las áreas romances».

«Y aunque el euskera no sea una lengua romance, está incluida en el paquete, porque desde Euskadi -País Vasco- ha habido mucha ida y vuelta, hay influjo cubano. Hasta lo que se canta en euskera hay que tenerlo en consideración», remarcó.

Integrar estilos

«Tenemos que prestar atención primero, luego integrar una serie de estilos que nos permitan señalar a las nuevas generaciones caminos interesantes para que las músicas que hagamos aquí algún día no tengan que ser dependientes exclusivamente de la ‘mainstream’ anglosajona», añadió.

Opinó que «esa es un poco la estrategia de fondo». «Sin perderle el respeto a la música que nos ha educado a nosotros en la calle. Tanto Juanma como yo, aunque es de una generación posterior, hemos vivido el influjo de lo negro norteamericano».

Auserón subrayó que «todo esto no es una moda pasajera». «Esto es conectar por primera vez, y de una vez por todas, con una tradición con la que estamos comprometidos y, en cierto modo, también nos pertenece», concluyó.

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