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22 de noviembre de 2024

Se quema el restaurante guatemalteco que donó alimentos durante la pandemia

Guatemala, 12 dic (EFE).- El restaurante Rayuela, que sirvió más de 150.000 platos de comida gratis durante la primera ola de la pandemia de la covid-19 y para los damnificados de Eta e Iota, se quemó la mañana de este sábado en un incidente incierto aún.

El dueño del restaurante, Byron Vásquez, aseguró a Efe que los tres locales, uno contiguo al otro y ubicados a media cuadra de la Casa Presidencial de Guatemala, fueron consumidos por el fuego. Solo faltaba un día para su reapertura al público, tras una inversión de casi 13.000 dólares.

«Es un poco incierto lo que pasó. Cuando vine los bomberos ya se habían ido. No sabemos (qué ocasionó el fuego), no tenemos una idea de qué fue lo que sucedió. Los tres locales de Rayuela se quemaron», indicó.

Vásquez estaba en su casa esta mañana cuando recibió la llamada de un vecino, que lo alertó del indendio. «Estoy viviendo lejos (del centro de la Ciudad), me tardé media hora en llegar, pero cuando vine ya no estaban los bomberos. No hay seguridad de qué fue lo que desató el fuego».

Agregó que desde hace meses vive amenazado, al igual que varios de sus colaboradores y que incluso dejó de usar su número de teléfono habitual pues «estaba intervenido».

Además, Vásquez denunció continuamente, desde que el proyecto creció en marzo junto con las primeras restricciones y el confinamiento, así como el hambre de los más necesitados, que fueron hostigados por la Municipalidad de Guatemala y la Policía Nacional Civil.

Rayuela recibió hace dos días la orden Monseñor Juan José Gerardi Conedera a los Derechos Humanos 2020, un reconocimiento que desde hace 16 años entrega la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala (ODHAG).

El proyecto «no solamente organizó y repartió comida a los más necesitados en el pico de la epidemia de covid-19, sino también recientemente a los afectados en zonas rurales que sufrieron severos daños por el paso de los huracanes Eta e Iota», comunicó la entidad religiosa.

La Olla Comunitaria, como se llamó el proyecto altruista, se extendió más allá de las cuatro paredes del restaurante en la Ciudad de Guatemala hacia seis de las principales urbes del país centroamericano, como Antigua Guatemala, Quetzaltenango y Cobán, además de El Salvador y México.

«Esas filas del hambre (para recibir la comida), como hemos decidido llamarlas, no son de ahora, son de años. La pandemia lo que hizo es que las vino a mostrar», dijo a Efe en septiembre pasado Vásquez, parafraseando a uno de sus socios, Emilio Molina, con el que entregaron platos a un promedio de costo de 80 centavos de dólar cada uno.

Desde su apertura al público en 2018, Rayuela gestionó un proyecto denominado «café pendiente», con el que los clientes dejaban pagados tres cafés por adelantado para, con ese dinero, brindar de alimentos a los más necesitados del vecindario.

Pero en marzo pasado, con el inicio de la pandemia y de las restricciones del transporte y de locomoción (con los toques de queda que duraron hasta octubre), la «fila del hambre» comenzó a crecer en el local de comida al punto de que el restaurante decidió volcarse a alimentar a más de 1.000 personas al día.

«Ahora lo que vamos a hacer, primero, es limpiar. Ver qué pasó. Estoy como en blanco y no sé qué podemos hacer. Ayer habíamos terminado de hacer lo que hacía falta para la reinauguración mañana (domingo) y solo íbamos a terminar de acomodar las cosas», relató a Efe.

Guatemala suma más de 129.000 casos de covid-19 tras diez meses de haber iniciado a contabilizar contagios. En este tiempo se han muerto 4.405 personas, según los registros del Ministerio de Salud Pública.

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