San José, 14 jun (EFE).- El Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) informó este lunes que el productor agrícola de Trinidad y Tobago Ramgopaul Roop, promotor de una agricultura resiliente enfocada en el buen uso del agua y la salud del suelo, ganó el premio «El Alma de la Ruralidad».
El galardón, otorgado a líderes de la ruralidad de las Américas, es parte de una iniciativa del IICA, con sede en Costa Rica, para reconocer a personas que dejan huella y hacen la diferencia en el campo de América Latina y el Caribe.
«Se trata de un reconocimiento para quienes cumplen un doble papel irremplazable: ser garantes de la seguridad alimentaria y nutricional y, al mismo tiempo, guardianes de la biodiversidad del planeta a través de la producción en cualquier circunstancia. El reconocimiento, además, tiene la función de destacar la capacidad de impulsar ejemplos positivos para las zonas rurales de la región”, afirmó el director general del IICA, Manuel Otero.
Además de recibir el reconocimiento del premio «El Alma de la Ruralidad», Ramgopaul Roop y otros ganadores serán invitados a participar de diversas instancias asesoras del IICA.
El productor, en su granja de 1,5 hectáreas -ubicada en Brechin Castle Couva, ubicada a 30 kilómetros de Puerto España- observó la vulnerabilidad de la actividad productiva que sufren en las islas del Caribe e inició trabajos para impulsar el cuidado de los suelos y un manejo de los recursos naturales.
Roop está convencido de que, a pesar de la alta exposición a los eventos climáticos extremos, las granjas de la región caribeña pueden convertirse en unidades productivas sostenibles que pasen de generación en generación.
«Los eventos extremos, acrecentados por el cambio climático ponen en graves riesgos los medios de vida de las personas vulnerables. Entre ellos, los agricultores familiares, quienes dependen de las lluvias estacionales y de los suelos para la producción de alimentos. Estos eventos limitan la producción y la rentabilidad de los pequeños productores, particularmente de aquellos que cultivan en suelos problemáticos», dijo Roop.
En el desarrollo de su granja, el productor trinitense se propuso realizar un enfoque holístico que incluye la preservación del medio ambiente, la buena administración del agua y la incorporación de tecnologías que permitan fortalecer la resiliencia ante las variaciones climáticas y aumentar los rendimientos de los cultivos.
También integró prácticas agroecológicas para la rehabilitación del suelo en forma amigable con el medioambiente y su principal logro ha sido la promoción de técnicas de agricultura sostenible y agronegocios con potencial para contribuir al desarrollo rural y la seguridad alimentaria de Trinidad y Tobago.
«En Trinidad y Tobago la agricultura contribuye solo al 0,5 % del Producto Interno Bruto, pero da trabajo a más del 4 % de la población, por lo que es muy importante en las zonas rurales desde el punto de vista económico y social», expresó Roop.
El ganador del premio indicó que el objetivo es obtener buenas prácticas en el manejo de suelos y agua para la agricultura, mediante una administración y planificación de los ciclos de sequía, inundaciones y erosión.