San Juan, 20 jul (EFE).- Casi una cuarta parte (23,4 %) de la actividad turística en Puerto Rico durante el año 2021, fueron gastos de los huéspedes que usaron Airbnb en la isla, según un estudio hecho por Oxford Economics sobre el impacto económico local.
Los resultados del estudio fueron presentados este miércoles por Ángel Terral, gerente regional de México, Centroamérica y el Caribe de Airbnb, quien matizó que ese 23,4 % equivale a 1.700 millones de dólares, sin incluir gastos en alojamiento.
«Este dinero se queda en la isla porque se invierte en la economía local», afirmó Terral durante la presentación, la que asistió el director ejecutivo de la Compañía de Turismo de Puerto Rico (CTPR), Carlos Mercado.
Esos 1.700 millones de dólares se dividen en 478 millones en compras y alimentos (28 %), 385 millones en actividades, entretenimiento y otros (22 %), 356 millones en restaurantes (21 %), 386 millones en transporte hacia o desde el destino (16 %) y 228 millones de dólares en transporte local (13 %).
«Esta actividad económica beneficia a Puerto Rico en general, estimulando el empleo y los ingresos en todas las comunidades e industrias», agregó Terral.
«Por cada 1.000 estancias, se crean 17 empleos directos y 330.000 dólares en ingresos», indicó.
El impacto económico causado por Airbnb en Puerto Rico se debe a una firma de acuerdo de recaudación impositiva que hizo con la CTPR en 2017, por lo que esas ganancias van directamente al fisco local.
«El turismo no es solo el ticket de avión o la hospedería de hotel, sino la cadena de valor que impacta las pymes, restaurantes, servicios, tours, experiencias, que es dinero que se recauda e impacta el ecoturismo. Esto no es una moda, sino parte del ecosistema del turismo», agregó Mercado.
El análisis reveló además que Airbnb contribuye a la generación de 24.000 empleos respaldados por los gastos de los huéspedes en Puerto Rico que equivalen a 460,4 millones de dólares en sueldos, salarios y otros ingresos laborales en una serie de sectores.
De acuerdo al estudio, por cada 10 dólares que los huéspedes gastaron en alojamiento, realizaron un gasto adicional de 55 dólares durante su estancia en diversos productos y servicios que benefician directamente a los locales.
Según Terral, en Puerto Rico existen más de 15.000 espacios de alojamiento bajo Airbnb y más de 8.000 anfitriones.
De esos 8.000 anfitriones, el 92 % son puertorriqueños, el 7 % son estadounidenses y el restante 1 % son de diversas nacionalidades, detalló Terral.
«El compromiso de Airbnb es más turismo por, con y para los puertorriqueños. De eso se trata este modelo de negocio», resaltó Terral al recordar que el primer Airbnb instalado en Puerto Rico fue en 2008 en Fajardo, en la costa este de la isla, y que aún persiste.
«La mayoría de los Airbnbs en la isla están fuera de los lugares tradicionales», indicó Terral.
«Los Airbns también benefician a los ecosistemas de negocios, porque te obligan a vivir como un local. Los anfitriones se convierten en el departamento de mercadeo de los pequeños negocios y al estar fuera de zonas turísticas, se expanden las oportunidades», agregó.
Del total de personas que alquilan Airbnb en Puerto Rico, el 89 % son extranjeros y el restante -11 %- son locales, mencionó Terral.
La investigación también halló que más de la mitad de los anfitriones en Airbnb en Puerto Rico son mujeres y estas representan un 53 % de los anfitriones, mientras que el 19 % de estos anfitriones en Puerto Rico son de la tercera edad.
«Ese 53 % es probablemente uno de los más altos de la región», afirmó Terral.
El estudio reflejó además que el gasto de los huéspedes no residentes en Puerto Rico representó el 89,5 % del gasto total de los huéspedes que utilizaron Airbnb, lo que reafirma el impacto del turismo en la economía de Puerto Rico.
Oxford Economics anticipó además un impulso renovado a los ingresos de los hogares en Puerto Rico, a medida que el sector turístico se reconstruye de los impactos de la pandemia y que el gasto de los visitantes en dicho sector superará los 5.000 millones de dólares en 2025.