Asunción, 1 jul (EFE).- El presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez, sostuvo este jueves durante su informe anual de gestión que el país está «transitando el camino hacia la recuperación económica», tras la caída del 0,6 % del Producto Interno Bruto (PIB) en 2020, como consecuencia del impacto del coronavirus.
El mandatario se refirió al crecimiento del 3,5 % estimado para 2021 por el Banco Central del Paraguay con el plan de reactivación «Ñapu’a Paraguay» (Arriba, Paraguay, en guaraní), basado en la contención social, la inversión en obras y viviendas sociales para la generación de empleo y el financiamiento para el sector productivo.
Además, destacó la inversión de capital, tanto nacional como extranjera, en nuevas industrias que generarán mano de obra, sobre todo entre la población joven, y se refirió a proyectos como una planta de celulosa, una cementera o la empresa de biocombustibles Omega Green.
Para Abdo Benítez, del conservador Partido Colorado, todo ello demuestra el «nivel de confianza y potencial de atracción para el capital» que tiene Paraguay.
A la espera de ese escenario más favorable para la economía paraguaya, el presidente hizo un repaso del último año y de los estímulos del Gobierno para tratar de sostener la producción, el comercio y los empleos durante los meses de pandemia.
Con el inicio de la pandemia y el cierre total del país, incluidas las fronteras, el presidente recordó que el Gobierno adoptó «un plan de emergencia de medidas extraordinarias para un momento extraordinario».
Así se puso en marcha el programa «Pytyvo» (Ayuda, en guaraní), con apoyo a más de 1,5 millones de trabajadores informales y a 24.000 trabajadores formales de la frontera con Argentina.
Al programa se sumó el refuerzo al Instituto de Previsión Social (IPS) para la asistencia a 179.932 trabajadores formales suspendidos durante la pandemia.
Abdo Benítez también mencionó las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), que representan «el 90 % del tejido empresarial» y dan trabajo «dos de cada tres paraguayos», por lo que se las asistió con créditos a través de la banca pública y con fondeamiento de 460 millones de dólares para Fondo de Garantías del Paraguay (Fogapy).
Durante los meses de pandemia, el Ejecutivo permitió la exoneración de las facturas de electricidad, subsidio al servicio de agua potable y reducción del IVA para la hostelería.
A pesar de las ayudas, Paraguay sintió «los efectos devastadores de la pandemia» con «fuertes aumentos de la pobreza y el desempleo», como reconoció el presidente.
Sin embargo, Abdo Benítez mantuvo el optimismo que muestran los organismos internacionales respecto a la recuperación económica del país.
«Cuando pase esta pandemia, encontrará de pie a Paraguay, con una economía que mostró una gran resistencia a los embates», concluyó.