Asunción, 6 jun (EFE).- La aeronave Convair CV-240, bautizada como General Bernadino Caballero, hizo su último vuelo con Líneas Aéreas Paraguayas (LAP) en 1973 y desde entonces pasó casi medio siglo abandonada, hasta que hace algunos meses un grupo de entusiastas de la aviación se propuso recuperarla para crear en el futuro el primer Museo Aeronáutico del país.
El avión, algo afectado tras décadas a la intemperie, se encuentra ahora en uno de los hangares de la Dirección Nacional de Aeronáutica Civil (Dinac), cerca del Aeropuerto Internacional Silvio Pettirossi, a las afueras de Asunción, donde ya han comenzado las tareas de restauración, como contó a Efe el historiador aeronáutico Antonio Sapienza.
El Convair CV-240, con capacidad para 40 pasajeros, conectó Asunción con Curitiba, San Pablo, Río de Janeiro, Buenos Aires, Montevideo o Salta, entre 1963 y 1973.
Medio siglo después, ni siquiera conserva los asientos en su interior y algunas ventanillas están rotas, pero sus restauradores valoran el buen estado en el que se encuentra, a pesar de su abandono, y agradecen que no se vendiera su fuselaje para terminar convertido en menaje de cocina.
«La idea es restaurar todo el interior, que luzca como cuando volaba, con los asientos, el tapizado nuevo, un equipo de música funcional, la cabina de mando con todos los instrumentos, con el asiento de piloto y copiloto, alfombrado nuevo… y en la parte exterior una pintura que rememore la misma que tenía en 1963», explicó Sapienza.
CERO GASTO ESTATAL
Por delante quedan dos años de trabajo «muy, muy minucioso, largo y costoso» hasta que este Convair CV-240 pueda exponerse e inaugurar el anhelado museo para los amantes de la aviación en Paraguay.
Su restauración responde a una iniciativa privada impulsada por el fiscal Marcelo Pecci, hijo de una trabajadora de la extinta LAP.
Poco a poco se fueron sumando otros apasionados de la aeronáutica, como el propio Sapienza, el presidente de la Dinac, Félix Kanazawa, o el comandante de la Fuerza Aérea Paraguaya (FAP), Juan Pablo Paredes.
También se incorporaron dos exempleados de la desaparecida aerolínea paraguaya, el ingeniero de vuelo Isidro Verón y el mecánico Silvio Segovia, así como el chef Colaso Bo, nieto del aviador italiano Nicolás Bo, que participó en la Revolución de 1922 en Paraguay.
Este grupo de aficionados sigue buscando antiguos trabajadores de LAP que puedan contribuir con el proyecto, y el último en sumarse fue el exgerente general y expiloto de la aerolínea, el general en situación de retiro Raúl Calvet.
«Nos da todo su apoyo. Nos dijo que tiene el manual técnico de esta aeronave, que es el que vamos a necesitar para el proceso de restauración», dijo Sapienza ilusionado.
Estos aportes son de gran ayuda para una iniciativa que se financia con capital privado, donaciones y mano de obra voluntaria, para garantizar «cero gasto estatal».
La inversión estimada para recuperar el Convair CV-240 oscila entre los 300.000 y los 500.000 dólares, solo para su exposición estática, y ya ha encontrado dos donantes, un paraguayo residente en Fráncfort (Alemania) y un finlandés que vive en Estonia, como adelantó Sapienza a Efe.
CONECTIVIDAD CON EL MUNDO
La restauración del avión y la creación del primer Museo Aeronáutico del país va más allá de ser la quimera de un grupo de aficionados.
Con esto también pretenden que «la ciudadanía se sienta identificada», ya que las nuevas generaciones de paraguayos no han conocido una aerolínea de bandera nacional.
A principios de la década de los 90, LAP dejó de recibir subsidios estatales y en 1994, con una deuda acumulada de 24 millones de dólares, se vendió a un consorcio privado paraguayo-ecuatoriano, para pasar algún tiempo después a la entonces TAM Brasil, compañía que le cambió la razón jurídica, como recordó Sapienza.
«LAP nos daba conectividad. Nos daba conectividad directa con Europa, con EE.UU. y ni qué decir acá, en las redes regionales», rememoró el historiador.
La inauguración del Museo Aeronáutico queda para «un futuro cercano», ya que el primer objetivo es la recuperación del Convair CV-240, aunque sin perder de vista otras aeronaves de la Fuerza Aérea o de aerolíneas que puedan ser parte de la exposición.
Noelia F. Aceituno