La tasa de interés de referencia del mercado paraguayo retorna este mes al nivel pre-pandemia de 4%.
El Banco Central del Paraguay (BCP) decidió por unanimidad volver a ajustar en 125 puntos básicos la tasa de política monetaria (TPM), a partir del 2,75% al que había llegado en octubre.
La corrección del mes pasado ya había sido la más intensa en tiempos del COVID-19 y significó una fuerte aceleración en el ritmo de normalización de la política monetaria, ya que el primer incremento se dio en agosto y fue de 0,75% a 1% (ajuste de 25 puntos básicos), mientras que el segundo fue en septiembre, de 1% a 1,50%.
La TPM se había mantenido en su nivel históricamente bajo de 0,75% durante un año, tras los sucesivos recortes que se efectuaron desde que se inició la emergencia sanitaria por coronavirus. Antes de la pandemia, la TPM se encontraba en 4%, pero a este nivel ya llegó con las bajas que también se implementaron en el 2019 desde el nivel de 5,25% en que había cerrado el 2018
Con el aumento de la tasa de referencia de este mes, el Central se adelantó a lo que esperaba el mercado, ya que en las encuestas de Expectativas de Variables Económicas (EVE) los agentes económicos vaticinaron el nivel de 4% de la TPM recién para el cierre del presente año, mientras que para noviembre se pronosticaba un aumento a solo 3,50%.
Este proceso de alza de la tasa de política monetaria tiene como objetivo contener a la elevada inflación, que en octubre se ubicó por segundo mes consecutivo por encima del tope de 6% del rango meta del BCP.
En el comunicado que emitió el Comité de Política Monetaria (CPM) tras su reunión de este lunes, se destaca nuevamente que el repunte de la inflación se explica, en gran medida, por el aumento de los precios de los commodities alimenticios y energéticos en los mercados internacionales, y que la mayor demanda externa de la carne vacuna ha ejercido presiones adicionales sobre los precios locales.
Sin embargo, el mayor dinamismo económico generado por la reapertura de las actividades -debido a la flexibilización de las restricciones sanitarias- puede llegar a convertirse en un riesgo al alza sobre los precios de los servicios, como resultado de una mayor demanda proveniente de una población que se encuentra en mejores condiciones para salir a consumir.
“Teniendo en cuenta el mejor panorama económico, los efectos de segunda ronda de estos choques iniciales pueden volverse relevantes, como así también influir negativamente en las expectativas de inflación de mediano plazo”, sostiene el CPM.
El desequilibrio de las cuentas del Estado también son una amenaza para la inflación, por el calentamiento que pueden producir en la economía.
“Un eventual periodo de mayor persistencia de la inflación podría asociarse al canal fiscal en un contexto donde la aprobación y gestión de los Presupuestos Generales de Gastos de la Nación no se lleven a cabo bajo parámetros técnicos de sostenibilidad”, agrega el equipo del BCP.
En cuanto a la actividad económica, el ente emisor recalca que la continuidad en el proceso de inmunización de la población seguirá siendo un factor fundamental para mitigar el impacto sanitario y económico ante un eventual rebrote de la enfermedad del COVID-19.
Recuerda que la mejora observada en el ámbito sanitario permitió una mayor movilidad de las personas y una mayor apertura de los servicios que estaban restringidos en su capacidad de operación a causa de la pandemia.
“La actividad económica ha mantenido un dinamismo favorable, coherente con el pronóstico de crecimiento del PIB (producto interno bruto) para el 2021 (de 4,5%). En septiembre, se destacó el comportamiento de los servicios, las manufacturas y las construcciones. Asimismo, el indicador de ventas registró una expansión importante en septiembre, impulsada por la mayoría de los rubros de la rama comercial”, relató el Banco Central.