Río de Janeiro/Asunción, 25 abr (EFE).- El tratado de Itaipú, que estableció las bases para que Brasil y Paraguay dieran vida a una de las mayores hidroeléctricas del mundo, cumple 50 años este miércoles, en vísperas de una negociación clave para el futuro del acuerdo.
Las dos naciones suramericanas entrarán este año en negociaciones para establecer las nuevas bases financieras de la comercialización de energía producida en la planta, un hecho en el que Paraguay se ha sentido siempre en desventaja.
Esto porque, este año termina la obligatoriedad de Paraguay de vender el excedente energético producido en la planta a Brasil a precios preferenciales.
Las negociaciones comenzarán en agosto, luego de que el nuevo presidente paraguayo, que será elegido en las elecciones del próximo domingo, asuma la jefatura de Estado.
De momento, Brasil y Paraguay acordaron para este año un precio de 16,71 dólares por kilowatio hora para la energía producida en la planta, un valor un 19,5 % inferior que la tarifa de 2022.
La rebaja de esta tarifa, que es uno de los principales componentes para calcular los pagos que Brasil realiza a su vecino, ha sido posible gracias a que hace pocos meses se saldó el pago de la deuda adquirida para la construcción, que tuvo un costo total de unos 63.500 millones de dólares.
BRASIL PUJA POR EL MODELO ACTUAL
«Si depende de Brasil tendemos a defender el modelo actual del tratado. Pero, está claro que tenemos que escuchar a nuestros socios paraguayos», aseguró a EFE el director brasileño de Itaipú, Enio Verri, en una entrevista telefónica.
Según el directivo, ambos países están preocupados por una energía de calidad y a un precio justo, así como por el papel social de Itaipú, y por eso tiene claro que uno de los debates «más profundos» en las nuevas negociaciones será en torno al libre comercio de la energía excedente de Paraguay.
«El libre comercio de energía no es una cosa simple (…). Si miramos un período como el actual, la energía estaría con un precio muy bajo. El libre comercio de energía con un precio tan bajo como el de hoy afectaría inmediatamente la capacidad de inversión de Paraguay, un país que necesita mucho de inversión», enfatizó.
Para Verri, el libre mercado «siempre lleva riesgos» y mantener el modelo actual «da una cierta estabilidad» en el precio de la energía así como «capacidad de inversión» para ambas naciones.
Pero más allá de las tarifas, Brasil quiere consolidar las relaciones bilaterales y el modelo que se ha construido con Itaipú, considerado como el mejor ejemplo de integración del mundo, en especial de América Latina.
«Este año conmemoramos los 50 años del tratado de Itaipú y, en este medio siglo, Brasil y Paraguay han enfrentado turbulencias y crisis políticas, económicas y sociales, pero nada socavó la estrategia de los dos países», dijo al asumir el cargo, en marzo pasado.
PARAGUAY, POR LA REDISTRIBUCIÓN
Asunción llega a este 50 aniversario con la esperanza de acordar una modificación del Anexo C, lo que supondría «una oportunidad única» para Paraguay, afirmó en enero pasado el canciller Julio César Arriola.
El ingeniero y catedrático Victorio Oxilia dijo a EFE que la situación financiera de Itaipú es «muy favorable» después de que, el pasado febrero, se terminó de pagar los préstamos contratados para la construcción.
«Llegamos a los 50 años con una central desde el punto de vista técnico, muy confiable; desde el punto de vista financiero, sin deuda y, por lo tanto, con costos financieros prácticamente inexistentes», resaltó.
Y en ese contexto, apuntó Oxilia, se abre para Paraguay la oportunidad de evaluar cómo utilizar esa energía eléctrica excedente, que a su juicio podría destinarse para la industria, el comercio, a actividades productivas y, en particular, al transporte.
Pero además propone que, con la renegociación, se pueda contemplar «a mediano plazo y a largo plazo», la posibilidad de una interconexión eléctrica entre los mercados de los países del Cono Sur, que involucre a Brasil, Paraguay, Uruguay, Argentina, pero también a Chile y Bolivia.
UNA DE LAS MÁS POTENTES
La represa hidroeléctrica de Itaipú es un gigante que tiene 7.744 metros de extensión y una altura máxima de 196 metros, equivalente a un edificio de 65 pisos.
La central, cuya construcción comenzó en 1974, produce cerca del 13 % de la energía eléctrica consumida en Brasil y el 90 % del consumo paraguayo.
Con 20 unidades generadoras y 14.000 megavatios, Itaipú es la tercera hidroeléctrica más potente del mundo, por detrás de las chinas Tres Gargantas y Baihetan.
No obstante, hasta hoy Itaipú sigue siendo la líder mundial en generación de energía limpia y renovable, con una producción acumulada de 2.900 millones de megavatios por hora (MWh) desde 1984, año de su inauguración.