La Habana, 28 feb (EFE).- La empresa estatal Unión Eléctrica (UNE) de Cuba estimó que los apagones afectarán este martes a más de un 17 % del país esta tarde-noche, el horario de mayor demanda.
Los cortes en el suministro eléctrico han repuntado en los últimos días, coincidiendo con la sucesión en las dos semanas previas de cuatro grandes apagones que dejaron sin corriente de forma simultánea a más de la mitad del país. La afectación este lunes fue del 20 %.
Según el informe diario de la UNE, en el horario pico la disponibilidad será de 2.415 megavatios (MW) mientras que la demanda se prevé que ascienda hasta los 2.830 MW.
El déficit -la diferencia entre oferta y demanda- será de 415 MW, pero la afectación -lo que se desconectará realmente- se situará en los 485 MW.
Las recientes caídas del sistema eléctrico nacional -cuatro en menos de diez días- provocaron que volvieran a registrarse notables índices de afectación, aunque sin llegar a los niveles del año pasado cuando alcanzó el 40 %.
Cuba registró el miércoles pasado la cuarta gran caída consecutiva de su sistema eléctrico que dejó a oscuras a más de la mitad del país. Estos fallos han estado relacionados con los cables de alta tensión que conectan la isla de este a oeste.
El país sufre una compleja y prolongada crisis energética, con múltiples problemas de difícil solución a corto o medio plazo. El año pasado los apagones diarios alcanzaban en algunas regiones las doce horas, una situación que mejoró temporalmente en las últimas semanas del año.
A los problemas en el suministro de combustible para sus plantas termoeléctricas, se suma un sistema de centrales y red eléctrica obsoleto y un agudo déficit de inversiones y mantenimiento. El huracán Ian en septiembre pasado vino a agravar estas deficiencias.
En los últimos tres años el Gobierno cubano ha rentado ocho plantas flotantes para generar energía. También ha programado tareas de mantenimiento en los próximos meses para poder afrontar en mejores condiciones los meses de julio y agosto, los de mayor demanda.
Esta situación tiene graves efectos en la economía nacional -que sufre una grave crisis desde hace más de dos años- y ha elevado el descontento social y atizado protestas.