Panamá, 18 ago (EFE).- La crisis derivada de la pandemia que azota a Panamá, uno de los países más castigados de la región por la COVID-19, elevará este año la tasa de desempleo hasta el 25 % y la informalidad hasta el 55 %, unas cifras «alarmantes», dijo este martes la ministra del Trabajo, Doris Zapata.
Panamá, un país de 4,2 millones de habitantes con una economía dependiente de los servicios, registraba antes de la pandemia un desempleo del 7,1 % y una informalidad de casi el 45 %, mientras que la economía creció en 2019 un 3 %, la tasa más baja en una década.
Los pronósticos del Observatorio de Mercado Laboral del Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral (Mitradel) proyectan que el 2020 cerrará con una tasa de desempleo de entre un 20 % y un 25 %, reveló Zapata en un foro virtual.
«Es alarmante, estamos hablamos de alrededor de 460.000 a 570.000 personas (desempleadas), un impacto muy fuerte para nuestra economía y, por supuesto, para nuestra fuerza laboral», dijo Zapata.
La informalidad, en la que antes de la pandemia se ocupaban unas 716.000 personas de acuerdo con los datos oficiales, se elevará asimismo y llegará al 55 %, lo que supondría unas «71.000 personas más que estarían entrando en empleos informales».
«Ya teníamos un gran reto con el 45 % (de informalidad), de allí que se hace necesario organizar un diálogo social» para enfrentar la situación, dijo la ministra del Trabajo.
En ese contexto, si bien el Gobierno panameño venía hablando de un proceso de reactivación económica, ahora se plantea un escenario de «recuperación económica luego de vivir esta pandemia», afirmó la titular del Mitradel durante el Foro Panamá 2020, Prioridades para la reactivación económica, organizado por su despacho y la Cámara Panameña de la Construcción.
La economía de Panamá se derrumbará un 9 % del producto interno bruto (PIB) este 2020, según previsiones del Gobierno, debido a las consecuencias de la COVID-19, que ya ha contagiado a 82.543 personas y matado a 1.788 en el país.
La actividad económica de Panamá lleva semiparalizada desde mediados de marzo, cuando el Gobierno decretó el Estado de Emergencia por la pandemia, e intenta reactivarse en medio de una escalada de casos que, según las autoridades, parece haber comenzado a amainar.
El lunes se reabrieron, con muchas limitaciones, los salones de belleza, barberías y el comercio minorista en Panamá, que entre mediados de mayo y el 1 de junio reactivó la industria, la pesca, la banca y los servicios técnicos, entre otros, bajo un abanico de medidas de bioseguridad.
El Gobierno reparte un bono de 100 dólares mensuales entre segmentos de la población afectados por el desempleo, en medio de críticas de que ese monto no alcanza ni llega a todos los necesitados, y ha aprobado planes de apoyo financiero a la micro, pequeña y mediana empresa que genera el 70 % de los empleos en el país.
Pero los gremios empresariales acusan una «falta de urgencia» en las autoridades para reactivar plenamente la economía así como la ausencia de una ruta clara para lograrlo.