Bogotá, 6 sep (EFE).- El presidente del Banco Europeo de Inversiones (BEI), Werner Hoyer, ve en Latinoamérica «puertas abiertas» para fomentar negocios y proyectos contra el cambio climático, ya que actualmente muchos de los gobiernos están alineados con sus dos grandes pilares estratégicos: el clima y el desarrollo.
Cuando Hoyer asumió su cargo hace doce años en el mayor banco de desarrollo multilateral nunca «hubiera soñado con que hubiera tanta conciencia sobre cambio climático como ahora» y por eso actualmente se abre un campo de «posibilidades de negocio» en él.
«Ahora vemos puertas abiertas en todos lados pero en Colombia en particular», asegura en una entrevista con EFE Hoyer, quien visita el país andino, sede regional del BEI, para participar en la Cumbre Finanzas en Común (FiCS, en inglés), que finaliza hoy en Cartagena de Indias.
Pero ya no solo en Colombia, donde el Gobierno de Gustavo Petro quiere hacer una apuesta firme por el medioambiente y dejar atrás los combustibles fósiles, sino al otro lado de la frontera: «hace unos años estábamos tan tristes por el desarrollo en Brasil y ahora hay un nuevo comienzo que me dispara el optimismo».
Y para poner en práctica estas políticas, el BEI quiere ser un socio fundamental, pues «la financiación es, por supuesto, una gran parte de ello», aunque es consciente de que «para financiar estos retos no solo necesitas tener en el mismo barco a gobiernos, pero a la gente y también a los negocios privados».
FINANCIAR EL CLIMA
«Para ponerlo de forma simple: dominar los retos del cambio climático requiere una cantidad enorme de capital. Todos los presupuestos públicos juntos nunca serán suficientes para financiar todas las necesidades», alude Hoyer.
Por eso, es necesario «movilizar la iniciativa privada» y el «espíritu empresarial» y también por eso «se necesita un banco que no tenga la ambición de redistribuir el dinero público, sino usar ese dinero público, el que haya disponible, para conseguir más fondos privados», dice seguro el político alemán.
El año pasado el BEI firmó acuerdos de financiación por 65.150 millones de euros en todo el mundo, de los cuales 1.690 millones fueron a parar a Latinoamérica y el Caribe.
Sin embargo, Hoyer está «muy poco satisfecho» en lo logrado hasta el momento a nivel global: «Tenemos grandes objetivos, los objetivos climáticos de París, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y estamos aún muy lejos de conseguir estos objetivos», lamenta.
Pero eso no significa que haya que bajar las manos, sino más bien concentrar los esfuerzos en trazar «casos de negocio». «Tiene que ser interesante para el sector privado invertir en estos asuntos y el sector privado, en mi opinión, lo comprende mejor que algunos sectores políticos», alude.
MIEDO A UN RETROCESO
Sin embargo, el BEI, que se quiere convertir en el Banco Europeo del Clima, sabe que hay una gran ventana de oportunidad en la voluntad de algunos países de apostar por energías limpias y dejar atrás los combustibles fósiles.
«Lo que estamos haciendo en este país (Colombia), en la región, encaja perfectamente con la dirección estratégica del banco de la UE; se espera que seamos el banco climático de la UE, así que el clima y la sostenibilidad son nuestros dos grandes pilares», apunta.
El BEI no deja de ser por ello un banco, que presta dinero para desarrollar «grandes proyectos» pero que espera que el dinero sea devuelto: «así que el proyecto debe funcionar y ser productivo», alerta el directivo.
Pero el empuje ahora es fundamental, ya que un cambio de aire de nuevo en los gobiernos de algunos países podría complicar la apuesta por políticas climáticas e inversiones en energías limpias.
«Estoy muy preocupado con esta posibilidad y por eso creo que debemos ser promotores activos y defensores de la acción climática, y creo que podemos convencer a los políticos», asegura Hoyer.
Irene Escudero