El presidente de la República, Santiago Peña, pronunció ayer su primer discurso en el 78° Período de Sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas en la ciudad de Nueva York, ante la presencia de líderes mundiales.
En su mensaje inicial, el mandatario comenzó recordando que, en 1945, representantes de 51 Estados, entre ellos Paraguay, acordaron la creación de la Organización de las Naciones Unidas.
El mandatario continuó señalando que 78 años después, el multilateralismo enfrenta desafíos muy visibles en términos de eficacia y legitimidad. En una parte, Peña mencionó que la imposición de ciertas tendencias o enfoques culturales o ideológicos es percibida, no sin razón, como una interferencia en la soberanía y los valores nacionales, lo que erosiona la confianza y debilita la voluntad de cooperar en el ámbito multilateral.
“Consecuentemente, pueden observarse crecientes niveles de desconfianza entre los Estados miembros, lo que dificulta la cooperación y la voluntad de comprometerse en aras del bien común”, sostuvo.
La tragedia humanitaria de Ucrania
En otro momento, el mandatario reflexionó sobre la crisis del 2008, la reciente pandemia, y hoy, el conflicto de Ucrania, “que han puesto en evidencia debilidades y limitaciones de las instituciones multilaterales en su capacidad para hacer frente a los desafíos con impacto global y riesgo sistémico. En el último caso, la ONU y su Consejo de Seguridad han adoptado medidas cuyos resultados penosamente están lejos de ser alentadores”, enfatizó.
Instó a todas las partes involucradas en este conflicto, a detener de inmediato las acciones militares para evitar más víctimas y daños, y así trabajar para que no haya nuevas guerras como la de Ucrania.
Prosiguiendo con su alocución, el presidente Peña expresó que se necesita trabajar en el fortalecimiento de la ONU, con miras a construir nuevas capacidades que le permitan responder con eficacia y eficiencia a los permanentes y cambiantes desafíos globales.
Desafíos ambientales
Sobre el cambio climático, el mandatario mencionó que este supone un gran desafío planetario y que se debe tomar medidas, tanto rigurosas como justas, para evitar un mayor daño al planeta y a sus habitantes.
“Las restricciones comerciales basadas en criterios como las prácticas agrícolas o los estándares medioambientales generan descontento e incertidumbre y son barreras injustas y discriminatorias, ya que intentan extrapolar realidades de regiones altamente desarrolladas a territorios en vías de desarrollo, sin tener en cuenta sus diferencias ni valorar adecuadamente las propias prácticas de mitigación ambiental de estos territorios”, aseguró.
Continuó afirmando que esto implica que los países menos desarrollados tuvieran que asumir la responsabilidad de los daños ambientales causados por la industrialización en los siglos XIX y XX, cuando no existían medidas de mitigación, y tuvieran la obligación de hacerlo a expensas de renunciar a oportunidades de expansión comercial, generación de empleo y creación de riqueza.
Producción de energía hidroeléctrica
En otro momento de su discurso, el mandatario destacó que Paraguay ha demostrado al mundo que es líder en la producción de energía hidroeléctrica, una fuente limpia y sostenible que abastece tanto las necesidades internas como las de los países vecinos.
“Hemos puesto a Paraguay en el mapa como un ejemplo a seguir en la transición hacia un mundo más sostenible. Somos un ejemplo concreto de cómo una nación puede aprovechar los recursos naturales de manera responsable y sostenible para promover el desarrollo económico y al mismo tiempo la mitigación del cambio climático”, afirmó.
“Durante años, fuimos objeto de críticas y señalamientos injustos, pero hoy, gracias al trabajo de múltiples gobiernos, les puedo decir con firmeza que los hechos hablan por sí mismos. El 44% del territorio paraguayo conserva su cobertura forestal. El 95% de la superficie sembrada de cereales y oleaginosas en Paraguay en 2022 implementa tecnologías sostenibles como la siembra directa y la rotación de cultivos y es libre de deforestación desde el año 2004, resultado de nuestra política de deforestación cero”, resaltó en otro momento.
Desafíos Globales
“Hoy enfrentamos cuatro desafíos globales que generan tensiones geopolíticas: acceso al agua, seguridad alimentaria, suficiencia energética y resiliencia en las cadenas logísticas. Al ser Paraguay una potencia en estos grandes temas, estamos llamados a ser protagonistas en el concierto de las naciones”, destacó.
El presidente resaltó que el subsuelo paraguayo alberga la mayor reserva mundial de agua dulce, incluyendo el Acuífero Guaraní que compartimos con nuestros vecinos.
“Paraguay aspira a convertirse en el centro logístico del Corredor Vial Bioceánico Sudamericano, lo cual convierte nuestra centralidad geográfica en una oportunidad y fortalece la integración con países vecinos y mercados del Pacífico”, indicó.
Explicó que por su intersección con la Hidrovía Paraguay-Paraná, esta red multimodal se convertirá en la forma más competitiva de transportar productos de diferentes países a los puertos del Pacífico, facilitando consensos para la gestión de la navegación fluvial.
“Sin duda, dará un nuevo impulso al proceso de integración de Sudamérica y transformará la visión con la que resolvemos los conflictos que puedan surgir”, expresó.
Por otra parte, el jefe de Estado resaltó que con pasos firmes y decididos, Paraguay sigue fortaleciendo su institucionalidad y su economía. Esto, luego de ocupar por décadas el lugar de país más pobre de Sudamérica, “hoy somos un país de ingresos medios altos, con alta credibilidad en los mercados financieros internacionales, que nos acerca al anhelado grado de inversión”.