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24 de noviembre de 2024

Análisis post-pandemia: CEPAL ubica a Paraguay entre los países con mayor resiliencia en el empleo formal

Si bien el contexto de la pandemia hizo que a nivel general el empleo descendiera significativamente, tanto en el ámbito formal como informal, Paraguay se ubica entre los países de la región que tuvieron un menor impacto durante este periodo, según CEPAL. El organismo observa que, por primera vez en una crisis económica en la región, el empleo informal no sirvió como amortiguador o refugio para quienes perdieron su empleo asalariado. Sin embargo, si bien se registra una reducción de la informalidad, advierte que todavía persiste una alta incidencia.

En el contexto de la región latinoamericana, Paraguay enfrenta desafíos significativos en el ámbito laboral, con la formalización del empleo como un tema central que ha experimentado cambios durante las últimas décadas y que ha enfrentado choques desafiantes. 

Durante la década de 2000, la región experimentó un proceso gradual de formalización impulsado por el crecimiento económico y la demanda de trabajo. Sin embargo, este proceso se desaceleró y, en algunos casos, se revirtió, exacerbado por el estancamiento económico y el deterioro de los indicadores laborales.

Esto revela el estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) realizado durante los primeros meses de la pandemia, tanto en el empleo informal como el formal, donde observa que se experimentaron reducciones sustanciales. Sin embargo, reconoce que la disminución del empleo formal fue sorprendentemente menos pronunciada. 

Esta tendencia se observó en toda la región, incluyendo países como Argentina, México y Paraguay, donde la reducción de puestos informales representó más del 80% de la disminución total del empleo en la primera mitad de 2020, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

El informe explica que al tener en cuenta que, por lo general, cuando el empleo formal se reduce, el trabajo informal aumenta y pasa a desempeñar un papel anticíclico. 

Aquí se observa que, por primera vez en una crisis económica en la región, el empleo informal no sirvió como amortiguador o refugio de empleo para las personas que perdieron su empleo asalariado (Acevedo y otros, 2021; Maurizio, 2021; OIT, 2021). Esta reducción de los empleos informales afectó en mayor medida a los jóvenes, los trabajadores menos calificados y las mujeres. 

De acuerdo con datos de la CEPAL basados en las encuestas de empleo de 12 países de la región, la tasa de ocupación informal promedio se mantuvo en torno al 50% entre 2019 y 2022 y experimentó una reducción de 1 punto porcentual, al pasar del 50,1% en el cuarto trimestre de 2021 al 49% en el mismo trimestre de 2022. 

Precisamente, se constata una reducción inicial entre el primer y el segundo trimestre de 2020 y una posterior recuperación que iguala los niveles registrados antes de la pandemia hacia fines de 2021, para luego retroceder casi 1 punto porcentual en 2022.

Informalidad en hogares 

El grado de informalidad de los hogares también varía de un país a otro. La proporción de hogares que dependen completamente del trabajo en el sector informal varía del 14,3% en el Uruguay al 74% en el Estado Plurinacional de Bolivia, mientras el porcentaje de hogares mixtos oscila entre el 13,9% en el Estado Plurinacional de Bolivia y el 28,5% en el Paraguay. 

Por otra parte, al analizar la distribución de dependientes por tipo de hogar, se constatan las consecuencias adversas de la informalidad en el bienestar de la población que no trabaja.

La mayoría de las niñas y los niños (menores de 15 años) y de las personas de 65 años o más vive en hogares completamente informales o mixtos (61,2%), a diferencia de un 38,8% de esta misma población que vive en hogares completamente formales.

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