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7 de mayo de 2025

BID y Banco Mundial prevén modesto crecimiento económico regional del 2,3% para el 2024, tras efecto de políticas monetarias

A inicios del 2024, el Banco Mundial afirmó que, si bien los efectos persistentes de la restricción monetaria continuarán influyendo en el crecimiento a corto plazo, se espera que su impacto se atenúe.

Por su parte, el BID asegura que las proyecciones de los analistas a diciembre de 2023 anticipan un crecimiento del 1,6% para América Latina y el Caribe en 2024, con un retorno al crecimiento promedio de largo plazo del 2% en 2025.

En este contexto, Paraguay se ubica con una estimación del 3,8% para este año, ubicándose como la economía con el mayor crecimiento.

Las economías de América Latina y el Caribe superaron las expectativas en 2023 y el crecimiento del PIB alcanzó el 2,1%, una cifra superior a las proyecciones iniciales en un punto porcentual, según el Informe macroeconómico de América Latina y el Caribe 2024 del BID. 

El informe resalta que en la región, las políticas proactivas contribuyeron a fortalecer la posición macroeconómica; y los bancos centrales se movieron rápidamente para aumentar las tasas de interés, lo cual contribuyó a disminuir la inflación. Las políticas fiscales prudentes y los mercados financieros resilientes también contribuyeron a un desempeño mejor de lo previsto. 

Según el BID, las proyecciones de los analistas a diciembre de 2023 anticiparon un crecimiento del 1,6% para América Latina y el Caribe en 2024, con un retorno al crecimiento promedio de largo plazo del 2% en 2025. 

Si se compara con la previsión hecha por el Banco Mundial en su informe de “Perspectivas económicas mundiales” publicado en enero de 2024, se observa un crecimiento modesto en la proyección del BID, ya que Banco Mundial prevé que la región experimente un crecimiento del 2,3% en 2024 y del 2,5% en 2025. 

En ese aspecto, el BID asegura que en la proyección de los analistas tiene incidencia un menor crecimiento global, altas tasas de interés, precios estables de materias primas y consolidación fiscal progresiva, así como niveles de deuda altos.

Escenario que además, presenta riesgos considerables si las tasas de crecimiento de Estados Unidos caen por debajo de las expectativas, en caso que el país norteamericano experimente un escenario de estrés en su economía, que provoque una desviación en el crecimiento por debajo de la tasa de prevista, así como presiones inflacionarias persistentes que mantengan la inflación por encima de la meta de 2% de la Reserva Federal (FED) y obligue a retrasos en el recorte de las tasas de referencia de política monetaria.

El BID advierte que de darse esta situación, podría llevar a un período más prolongado de tasas de interés altas y una corrección en los precios de las acciones y provocaría una recesión en América Latina y el Caribe a partir del primer trimestre de 2025. 

La región volvería a tasas de crecimiento positivas recién a finales de 2025 y convergería lentamente hacia un crecimiento a largo plazo del 2% hacia 2028.

PERSPECTIVAS BANCO MUNDIAL

El último informe “Perspectivas económicas mundiales” del Banco Mundial, menciona que en la región de América Latina y el Caribe se experimentó una significativa desaceleración económica, con un crecimiento de sólo el 2,2% en 2023, que se produjo en el contexto de una inflación elevada, condiciones monetarias restrictivas, debilidad del comercio mundial y fenómenos meteorológicos adversos. 

Las perspectivas económicas de la región sugieren una recuperación gradual, con un crecimiento proyectado del 2,3% en 2024 y del 2,5% en 2025. Si bien los efectos persistentes de la restricción monetaria previa continuarán influyendo en el crecimiento a corto plazo, se espera que su impacto se atenúe. 

A medida que la inflación disminuya, se prevé que los bancos centrales bajarán las tasas de interés, lo que reducirá los obstáculos al aumento de la inversión. 

Sin embargo, las proyecciones específicas para los países son dispares. En el caso de Brasil, se prevé una desaceleración en el crecimiento de 1,5% para 2024, pero en 2025 se recuperará y se ubicará en el 2,2%, impulsado por la disminución de la inflación y de las tasas de interés. 

Por su lado, la previsión indica que la economía argentina se recuperará y expandirá un 2,7% en 2024 y un 3,2% en 2025, tras la sequía atravesada en 2023. 

En lo que respecta a las estimaciones de Paraguay para 2024, el organismo multilateral prevé que nuestro país experimente el crecimiento más pronunciado de la región. La proyección de 3,8% para finales del presente año, se encuentra por encima de la oficial 3,5% estimada por el Banco Central del Paraguay (BCP). 

La estimación para Perú es de 2,5%; para Chile, se espera un crecimiento del 1,8%. Además, el Banco Mundial considera que Colombia experimentará un crecimiento del 1,8% en su economía en 2024, mientras que la proyección para Bolivia es del 1,5% y para Ecuador una moderada suba del 0,7%. 

Para América Central se prevé un crecimiento sostenido, con tasas del 3,7% en 2024 y 3,8% en 2025. Esta perspectiva se apoya en un aumento moderado de las remesas, en especial en 2024. 

DESAFÍOS 

Según el Banco Mundial, a largo plazo la región deberá enfrentar desafíos persistentes ya que el potencial de crecimiento económico disminuye en contexto con la desaceleración de la productividad total de los factores y el envejecimiento de la población.

La modesta expansión regional prevista está expuesta a múltiples riesgos, como los fenómenos meteorológicos extremos, que representan amenazas adicionales para los rubros sensibles al clima, como la agricultura, la energía y la pesca, sectores particularmente importantes para países como Paraguay. 

Los factores externos y las tendencias mundiales también contribuyen al panorama de riesgos. Asimismo, una desaceleración más abrupta de lo esperado en la economía china podría tener importantes efectos secundarios en la demanda externa, lo que afectaría las exportaciones de productos básicos de la región.

El BID por su parte recomienda implementar reformas que permitan impulsar el crecimiento de la productividad que en la región es inquietantemente bajo. Abordar este problema es crucial para la prosperidad económica a largo plazo. 

Los bancos centrales en la región pueden tener dificultades para disminuir las tasas de interés rápidamente si las economías avanzadas no hacen lo mismo pronto, dado que las tasas de interés más bajas en América Latina y el Caribe podrían desatar flujos de salida de capital y depreciaciones de los tipos de cambio. 

“Al seguir aplicando políticas fiscales sólidas y centrándose en reformas de mejora de la productividad, América Latina y el Caribe podría no sólo gestionar las incertidumbres de 2024 sino también establecer los cimientos para un futuro próspero y estable”, detalla el BID en su informe.