En el marco de una conferencia magistral organizada por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) y el Banco Central del Paraguay (BCP), se presentó la proyección de crecimiento económico para 2025, estimada en un 3,8%.
Durante su intervención, el presidente de la República, Santiago Peña, resaltó la importancia de este crecimiento sostenido, que se produce tras varios años de estabilidad económica. Según el mandatario, cifras similares no se habían registrado desde el período 2006-2008, conocido como la «era del boom de los commodities».
Asimismo, Peña subrayó que en 2024 la economía mostró una mayor diversificación, con un crecimiento notable en sectores como los servicios y las manufacturas, complementados por una menor dependencia de actividades tradicionales como la agroindustria y la generación de energía. Destacó especialmente que el crecimiento económico en 2024 se da por encima del registrado en el 2023.
Sobre el crecimiento económico, Carlos Carvallo, presidente del BCP detalló que el sector secundario y terciario serán los que más crecerán en el 2025, impulsando un respaldo total del 3,8%. Con esto, por otro año más, Paraguay registrará uno de los mayores crecimientos económicos en la región, y se ubicaría únicamente por debajo de Argentina.
Este punto, fue uno de los resaltados por el ex ministro de Hacienda de Colombia, Mauricio Cardenas, quien destacó el crecimiento de paraguay que supera el promedio de la región, mostrando una solidez en materia de política fiscal y monetaria.
La estructura macroeconómica que destacó el BCP está conformada por una inflación acorde a la meta, un tipo de cambio en dirección al equilibrio, efectividad de la política monetaria, entre otros.
META DE INFLACIÓN A LA BAJA
Sobre la reducción de la meta de inflación anunciada por el BCP, Carlos Carvallo comentó que este tema ya se había estado discutiendo desde hace tiempo. En un recuento, detalló que el esquema de metas de inflación inició con un objetivo del 5% ± 2,5%, que posteriormente se redujo al 4,5% y luego al 4%. Sin embargo, este proceso, que seguía una trayectoria temporal definida, se vio interrumpido por la pandemia y otros shocks.
Explicó que estos cambios en la meta de inflación son de carácter estructural y, por tanto, deben implementarse en momentos de normalidad económica. En este contexto, sostuvo que la economía se encuentra en equilibrio y normalidad, con variables estructurales alineadas con las observadas.
El mismo comentó que a lo largo del año, el equipo técnico trabajó en esta decisión, recopilando datos, elaborando escenarios de simulación y evaluando la consistencia de esta medida. Se consideró que este era el momento adecuado para adoptarla, especialmente porque está en línea con la reciente calificación de grado de inversión del país.
“Esto lo venimos trabajando todo el año en realidad ya con el equipo técnico recogiendo información y haciendo varios escenarios de simulación, entendemos que este es el momento adecuado para tomar esa decisión que es consistente, además con la nueva calificación que tenemos de grado de inversión. Esto nos alinea, de alguna forma con países que también están en ese equipo que forma parte de ese grupo que tiene metas más estrictas en términos de inflación”, destacó.
En términos de proyecciones, se estima una inflación del 3,7% para 2024 y 2025, manteniendo un rango flexible para permitir ajustes frente a posibles shocks, sin comprometer los objetivos principales.
Respecto a la relación con la tasa de política monetaria, destacó que las decisiones en este ámbito dependen más del comportamiento de la inflación que de la meta establecida. En este sentido, se continuará monitoreando el contexto internacional, especialmente en lo que respecta a las tasas de interés en Estados Unidos, que podrían mantenerse altas por más tiempo.
Asimismo, se indicó que aún existe incertidumbre sobre el impacto de algunas políticas económicas anunciadas por el Gobierno de Estados Unidos, como la imposición de nuevos aranceles o restricciones al comercio.