Daniel Burt, presidente de la Cámara Paraguaya de la Carne, brindó un panorama general de los aspectos clave que elevaron el estándar de la producción local en el marco de la conquista global y aseguró que, pese a que geográficamente Paraguay es pequeño, está preparado para ser uno de los proveedores principales de la proteína roja en el mundo.
-¿Cuáles fueron los factores que influyeron en el buen desempeño de la industria cárnica en 2024?
El principal factor fue la apertura de los mercados de Estados Unidos y Canadá, lo que permitió que la carne, que antes se destinaba a otros países, pudiera redirigirse a esos mercados a un mejor precio. Esta tendencia hacia la apertura de nuevos mercados continuará este año. Estamos trabajando en la apertura de mercados como Corea y México, además de avanzar en conversaciones con Singapur.
Nuestra mirada está puesta especialmente en Asia, en el sudeste asiático. También estamos en el largo proceso de apertura hacia Japón, mientras seguimos avanzando con Corea. En Norteamérica, México es el único país pendiente, y paralelamente buscamos oportunidades en el Caribe y Centroamérica. La meta es eliminar barreras sanitarias y lograr que Paraguay tenga acceso a todos los mercados del mundo. Esto permitiría a los privados negociar directamente en las mejores condiciones comerciales posibles.
-¿Qué es lo que más atrae de la producción cárnica paraguaya a los mercados internacionales?
Lo principal es que Paraguay, mediante una asociación público-privada, ha priorizado la sanidad animal como pilar fundamental de la exportación de proteína. Aprendimos, de manera costosa, la importancia de mantener altos estándares sanitarios.
Hoy vemos los frutos de un trabajo sostenido, que garantiza a los mercados internacionales que Paraguay no representa riesgos sanitarios. A esto se suma la calidad de nuestros productos, que ahora estamos dando a conocer globalmente. Además, Paraguay está explorando mercados con los que históricamente no tenía relaciones comerciales, como el sudeste asiático.
Dado que no tenemos acceso al mercado chino, no podemos permitirnos estar ausentes en otros mercados, especialmente en regiones con gran población y economías emergentes como el sudeste asiático. También estamos desarrollando los mercados nacionales de carne porcina y avícola, lo que genera un círculo virtuoso al agregar valor a nuestra producción agrícola.
Paraguay tiene condiciones ideales para posicionarse como uno de los principales proveedores de proteína a nivel mundial, gracias a su clima, agricultura, servicios sanitarios y ubicación geográfica estratégica.
-En cuanto a la demanda, ¿Paraguay tiene capacidad suficiente para abastecer los mercados internacionales sin descuidar el interno?
Sí, Paraguay tiene margen para satisfacer ambos mercados. Sin embargo, es probable que redirijamos nuestras exportaciones hacia los mercados que ofrecen mejores precios. Actualmente exportamos a más de 70 países, pero buscamos optimizar esas exportaciones colocándolas en las mejores condiciones posibles.
No todos los mercados demandan los mismos cortes ni tienen las mismas temporadas de alta o baja demanda. Esto, sumado a la competencia internacional, plantea desafíos logísticos. Por ejemplo, ciertos cortes como la costilla tienen alta demanda local, pero no se consumen en otros países, mientras que productos como las menudencias y cortes delanteros tienen gran aceptación en Asia y Medio Oriente.
-¿Qué aspectos debe fortalecer el sector para seguir creciendo en el mercado internacional y mantener su sello de calidad?
La calidad continuará mejorando debido a dos factores. Primero, porque tanto los consumidores nacionales como internacionales son cada vez más exigentes. Segundo, porque las auditorías internacionales, que cada año son más estrictas, nos obligan a invertir en tecnología, implementar mejores prácticas y optimizar la eficiencia.
También es fundamental fortalecer la representación política y comercial de Paraguay en el exterior. Esto incluye apoyar a instituciones como Cancillería, el Ministerio de Industria y Comercio y Senacsa, para acelerar la apertura de mercados. Durante años, nuestras limitaciones presupuestarias y el estatus sanitario restringieron nuestro acceso a ciertos destinos. Hoy, con el respaldo de mercados como Estados Unidos y Canadá, hemos demostrado estar a la altura para exportar a cualquier país.
-En términos de ingresos, 2024 cerró con un crecimiento del 18%. Con las proyecciones de apertura de nuevos mercados, ¿qué resultados espera para 2025?
Hacer proyecciones es complicado porque hay muchos factores fuera de nuestro control, como la oferta y la demanda, el clima y las condiciones geopolíticas. Por ejemplo, en 2024 enfrentamos una sequía prolongada, el cierre de la cordillera de los Andes por nevadas, y conflictos en Rusia e Israel, dos de nuestros principales clientes.
Además, competimos con países como Brasil, que pueden ajustar precios agresivamente según las condiciones del mercado. A veces estas situaciones internacionales nos favorecen y otras nos perjudican. Lo importante es mantenernos constantes, responsables y predecibles como proveedores, priorizando siempre la sanidad animal y el cumplimiento de auditorías internacionales.
-Se viene planteando la creación de un Instituto de la Carne. ¿Cómo ve esta propuesta?
Desde la Cámara de la Carne no estamos en contra de la idea de un instituto, pero aún no hemos logrado un consenso entre el sector productivo y el sector público. Faltan definir aspectos clave como sus funciones, objetivos, metas, financiamiento, prioridades y gobernanza.
Además, sería necesario reorganizar las funciones de las instituciones existentes para evitar duplicidades. Por eso, todavía no se han alineado los criterios necesarios para la creación de este ente.
