Tras la actualización del informe WASDE de febrero 2025, publicado por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés), el mercado agrícola podría experimentar un escenario de volatilidad, impulsado por factores que generan presiones tanto a la baja como al alza en los precios.
Según publicó la Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco), en basé al informe de WASDE, mientras la importante cosecha en Brasil presiona los precios de la soja a la baja, la menor producción en Argentina y Paraguay añaden factores alcistas.
Además, las tensiones comerciales entre China y EE.UU. introducen un elemento de incertidumbre. De hecho, en respuesta al gravamen del 10% impuesto por EE. UU. a las importaciones provenientes de China, el gigante asiático aplicó aranceles del 10% al 15% sobre maquinaria agrícola, petróleo crudo y gas natural licuado estadounidense.
En cuanto al informe del USDA, éste reflejó el impacto de las condiciones climáticas adversas en Argentina, al ajustar la estimación de producción de 52,0 a 49,0 millones de toneladas. No obstante, las proyecciones de exportación se mantuvieron sin cambios, con estimaciones de 4,5 millones de toneladas de grano sin procesar, 28,0 millones en harina de soja y 5,8 millones en aceite de soja.
Por su parte, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), en su último informe, señaló que el efecto de La Niña provocó condiciones secas y temperaturas extremas, con picos superiores a 40°C en la franja central y norte del país. Este escenario limitó el crecimiento del cultivo y afectó la floración y formación de vainas. Como consecuencia, la BCR ajustó su estimación de producción a 47,5 millones de toneladas, 1,5 millones por debajo de la proyección del USDA.
En Paraguay, la producción fue ajustada a la baja, al pasar de 11,2 a 10,7 millones de toneladas. A diferencia de Argentina, el USDA redujo las estimaciones de exportación del Paraguay de 3,5 a 3,1 millones de toneladas. En este punto es importante recordar que, en enero, el Instituto de Biotecnología Agrícola (INBIO) había monitoreado una distribución irregular de precipitaciones en varias regiones del país, lo que afectaría negativamente los rendimientos de los cultivos.
Para Brasil, el USDA mantuvo su estimación de producción en 169,0 millones de toneladas, mientras que la Compañía Nacional de Abastecimiento (Conab) la ajustó a 166,0 millones.
A pesar de esta modificación, la estimación de la Conab representa un incremento de 18,3 millones de toneladas respecto a la campaña anterior (147,7 millones de toneladas), lo que equivale a un crecimiento del 12,4% en la producción de soja en Brasil. Según la Conab, al 9 de febrero, la cosecha de la campaña 2024/25 se encuentra con un avance del 14,8% de la superficie plantada.
Las condiciones climáticas han sido dispares en las regiones productoras. Mientras que las lluvias beneficiaron a la mayoría de los estados, la falta de precipitaciones y las altas temperaturas en Rio Grande do Sul y Mato Grosso do Sul han afectado el potencial de producción.
En lo que respecta al precio de la oleaginosa, la semana previa a la publicación del informe WASDE, la cotización de la soja en Chicago inició en USD 388,1 por tonelada, y finalizó la semana en USD 385,1 por tonelada, con un máximo de USD 394,9 por tonelada el 4 de febrero.
No obstante, tras la publicación del informe WASDE, el 11 de febrero, la cotización fue de USD 383,4 por tonelada. Más aún, el 12 de febrero alcanzó el nivel más bajo observado en el mes bajo análisis, con USD 377,7 por tonelada al cierre de la jornada. El avance de la cosecha en Brasil fue determinante en la trayectoria descendente del precio.