El sistema bancario demostró ser uno de los pilares fundamentales para el crecimiento económico del país, contribuyendo de manera significativa a la estabilidad y el desarrollo. En las últimas décadas, este sector evolucionó con notable dinamismo, lo que se vio reflejado en la incorporación de nuevos actores en la banca privada y las fusiones registradas en dicho periodo.
Concretamente en lo que respecta al 2024, el crédito registró un crecimiento del 20%, siendo uno de los más altos en los últimos 10 años, con un nivel de morosidad en descenso, que puede traducirse en un sistema robusto y confiable.
Esta fortaleza, acompañada por una estabilidad lograda a lo largo de 15 años, permite anticipar un crecimiento económico sostenido cercano al 4% para 2025, según Liz Cramer, presidenta ejecutiva de la Asociación de Bancos del Paraguay (Asoban).
Cramer aseguró que el sistema bancario continuará expandiéndose a ritmos superiores al 10% anual, acompañando el dinamismo de la economía paraguaya. “La estabilidad es un activo del sistema y los indicadores de capital mínimo requerido, demuestran que el sector está preparado para enfrentar distintos escenarios sin inconvenientes”, afirmó.
Este desempeño está alineado con la creciente demanda de financiamiento, impulsada por el dinamismo económico del país y el desarrollo de proyectos que requieren de más apoyo crediticio.
DIGITALIZACIÓN
Uno de los logros más notables del sistema bancario en los últimos años, fue la adopción de tecnologías digitales, que permitió revolucionar los servicios financieros, facilitando transacciones rápidas, accesibles y disponibles las 24 horas, los 7 días de la semana.
En este contexto, cobran relevancia los resultados del consumo con tarjetas, que crece a un ritmo del 35%, mientras que las transacciones digitales aumentan un 55%, según datos de Bancard. Además, la implementación de tecnologías como NFC puso al sistema bancario local a la par de las tendencias mundiales.
“La digitalización permite que muchos negocios, especialmente mipymes, puedan concretarse y crecer”, afirmó Cramer. Al mismo tiempo, resaltó que ya son más de dos millones los paraguayos que poseen cuentas básicas, cifra que representa un incremento del 25% respecto al 2023.
En la actualidad, la automatización y simplificación de procesos contribuye a que los usuarios del sistema puedan abrir cuentas o solicitar créditos con pocos clics. Ante este escenario, Liz Cramer visualizó un futuro donde las sucursales físicas se conviertan en centros de asistencia y asesoría financiera, mientras que las operaciones cotidianas se realizan de manera digital.
MÁS INCLUSIÓN FINANCIERA
Según la presidenta ejecutiva de Asoban, la digitalización no sólo facilita el acceso a servicios financieros en áreas rurales, sino también en zonas urbanas tradicionalmente desatendidas. “La verdadera inclusión no solo consiste en incorporar a las personas al sistema, sino también en educarlas para que utilicen los instrumentos de manera adecuada”, explicó.
En este sentido, precisó que los bancos están desarrollando programas de formalización y educación financiera que buscan integrar a más ciudadanos a la banca, promoviendo el uso responsable de los productos financieros y contribuyendo al desarrollo económico sostenible.
Para fomentar una mayor competitividad en el sector, Cramer subrayó la necesidad de ajustar normativas que nivelen las regulaciones entre todos los actores del mercado. Además, resaltó la importancia de facilitar la inversión extranjera y promover el uso eficiente de las tecnologías disponibles.
DESAFÍOS Y ESTRATEGIAS
A la visión de Liz Cramer, uno de los principales retos para el sistema bancario en 2025, será mantener su competitividad en un entorno de costos operativos reducidos. Al mismo tiempo, la ciberseguridad es un aspecto crítico a medida que el uso de canales digitales se incrementa. “La estrategia siempre se basará en la confianza, que requiere de cercanía con los usuarios”, sostuvo.
Es por ello que el sistema bancario está decidido a convertir estos desafíos en oportunidades, impulsando la educación financiera y la formalización como herramientas clave para fomentar la confianza y el crecimiento económico.
“Nos conviene un mercado cada vez más educado financieramente y más incluido, porque hace a la naturaleza de nuestro negocio: captar, cuidar y hacer rendir los ahorros para financiar los sueños y proyectos de las personas”, precisó.