Según Bloomberg, la creciente preocupación por la posibilidad de que los aranceles y los despidos gubernamentales afecten el crecimiento de la mayor economía del mundo prolongó una racha de tres semanas de alta volatilidad en los mercados globales. Las acciones estadounidenses se encaminaban hacia su peor jornada desde septiembre de 2022, ya que Wall Street ajustaba sus expectativas alcistas, mientras que la demanda de activos refugio ante la recesión impulsaba la compra de bonos soberanos tanto en Estados Unidos como en Europa.
Una ola de ventas en el sector más influyente del S&P 500, las grandes tecnológicas, afectó fuertemente las operaciones. El índice extendió su caída desde los máximos históricos, registrando una baja del 9%, mientras que el Nasdaq 100 se desplomó un 4,5% el lunes. El indicador que agrupa a las siete grandes empresas de capitalización bursátil cayó un 6%. Los rendimientos de los bonos del Tesoro se redujeron debido a las expectativas de que una desaceleración económica obligaría a la Reserva Federal a recortar las tasas de interés. Además, el bitcoin cayó por debajo de los 80.000 dólares.
En cuanto a las principales acciones, el S&P 500 cayó un 3,3%, el Nasdaq 100 perdió un 4,5%, el Dow Jones descendió un 2,6% y el MSCI World retrocedió un 2,9%.
Respecto a los rendimientos de los bonos, el rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años en Estados Unidos cayó 9 puntos básicos, situándose en el 4,21%. El rendimiento de los bonos alemanes se mantuvo prácticamente sin cambios en el 2,83%, al igual que el de los bonos británicos, que cerraron en el 4,64%.