La actividad económica del país reportó el segundo mes consecutivo de desempeño positivo en la era COVID-19, al lograr un crecimiento interanual (comparado con mismo mes del año anterior) de 0,9% en julio del 2020, según últimos registros del Banco Central del Paraguay (BCP).
El Índice Mensual de Actividad Económica del Paraguay (IMAEP) obtuvo así un resultado acumulado de -0,3% desde enero pasado y se aleja cada vez más de la proyección de caída de -3,5% del producto interno bruto (PIB) anunciada para el cierre del año. Durante el primer semestre, la retracción fue de -1,4%.
Desde que se declaró la emergencia sanitaria, el IMAEP tuvo caídas ininterrumpidas en marzo, abril y mayo, en niveles de -1,1%; -12,2% y -7,4%, respectivamente. En junio, el crecimiento interanual fue de 1,2%. Estos resultados se generan tanto por la menor producción que deriva de las restricciones a la movilidad impuestas para detener la propagación del nuevo coronavirus, como por la consecuente disminución del consumo – fenómeno denominado doble shock de oferta y demanda –.
Entre los sectores que impulsaron el dinamismo del séptimo mes del corriente año, el BCP menciona a la agricultura, la construcción y algunas ramas de la industria. Los que exhibieron un desempeño desfavorable, por su parte, fueron los servicios, la ganadería, y electricidad y agua.
En la producción agrícola, la banca matriz explica que los rendimientos de ciertos cultivos como la soja y el maíz fueron ajustados al alza, según las últimas cifras de la campaña 2019/2020 reportadas por el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG). Por otro lado, celebra el “importante” crecimiento interanual que experimentaron las construcciones, debido a la mayor ejecución de obras, sobre todo públicas.
Dentro de la industria, el BCP informa que incidieron positivamente la producción de lácteos, molinerías y panaderías, otros alimentos, químicos, maderas, maquinarias y equipos, la fabricación de minerales no metálicos, metales comunes y productos metálicos.
“Sin embargo, estos comportamientos favorables fueron atenuados por las variaciones negativas observadas en la producción de carnes, aceites, bebidas y tabacos, productos de papel, textiles y prendas de vestir”, reconoce.
En el sector servicios, sostiene que predominan los efectos negativos observados en las actividades de hoteles y restaurantes, servicios a los hogares, servicios a las empresas y comercio. En contraste, mostraron resultados positivos las telecomunicaciones, intermediación financiera, los servicios gubernamentales y transportes.
Otra influencia negativa proviene desde la generación de energía eléctrica de las binacionales, que continúa siendo explicada por el bajo caudal hídrico del río Paraná y la merma de la demanda de Brasil, como consecuencia de la caída de su actividad económica.
Finalmente, el IMAEP que excluye a la agricultura y a las binacionales registró un crecimiento interanual de 0,4% y acumula una variación de -2,1% a julio de 2020, concluye el Central.