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29 de abril de 2024

La actividad económica no logró sostener el repunte y cayó -2,1% en agosto del 2020

Los servicios, el comercio, la ganadería, la energía eléctrica y algunas ramas de la industria son los sectores en baja, según BCP. En junio y julio se observaron resultados positivos, con la reapertura gradual de la movilidad social, pero el resultado acumulado del año continúa en terreno negativo.

La actividad económica del Paraguay no pudo mantener el sorpresivo repunte que arrojó en junio y julio pasados. En agosto del 2020, el dinamismo del mercado local se redujo en -2,1%, respecto al mismo mes del 2019, según últimos datos compartidos por el Banco Central del Paraguay (BCP).

El Índice de Actividad Económica del Paraguay (IMAEP) sigue así reflejando el duro golpe que significa la pandemia de COVID-19 para sectores como el comercio, los servicios y algunas ramas de la industria.

La banca matriz explica que las actividades de restaurantes y hoteles, servicios a las empresas, servicios a los hogares y comercio volvieron a mostrar resultados negativos en el octavo mes del 2020. Estos rubros se encuentran entre los más afectados por las medidas de restricción a la movilidad social que se dictaron para frenar la propagación del nuevo coronavirus.

En la producción industrial, el desenvolvimiento desalentador se observó en la fabricación de productos químicos, aceites, maquinarias y equipos, productos del papel, minerales no metálicos, productos metálicos, carne, bebidas y tabacos, cueros y calzados.

Las telecomunicaciones, la intermediación financiera, los servicios gubernamentales y el transporte, por su parte, contrarrestaron la merma que sufrieron los demás componentes del sector terciario; mientras que en el secundario aportaron un desempeño positivo los segmentos de producción de lácteos, molinerías, panaderías y otros alimentos, fabricación de metales comunes, textiles y prendas de vestir, agrega el BCP.

Áreas en auge. La construcción se ubicó nuevamente como el sector con dinamismo positivo, impulsado por la ejecución de obras tanto públicas como privadas.

La agricultura también continuó en la senda de recuperación, con la campaña sojera 2019/2020 que logró reponerse de los resultados adversos que la sequía generó en la zafra anterior.

No obstante, la banca matriz advierte que esta actividad está desacelerando su ritmo de expansión, en coincidencia con el retraso de la siembra de soja para la campaña 2020/2021, que se deriva de la actual sequía.

La producción de energía eléctrica también es víctima de factores exógenos; en su caso, debido al bajo caudal hídrico del río Paraná.

En este sentido, el IMAEP que excluye a la agricultura y a las binacionales registró una caída interanual (comparada con mismo mes del año anterior) de -2,8% y acumula una variación de -2,1% a agosto del 2020.

Evolución de los números. La variación acumulada de IMAEP global, de enero a agosto del 2020, se ubicó así en -0,4%, con un leve retroceso desde el -0,3% registrado hasta julio. Esta cifra se encuentra lejos de la estimación de contracción de -3,5% del PIB que maneja el BCP, para el cierre del año – pronóstico que se encuentra con sesgo al alza, es decir, con posibilidad de ser corregido hacia una caída menos profunda –.

En junio y julio pasados, la actividad económica había logrado repuntar en 1,2% y 0,9%, respectivamente. Esto se dio luego de que la pandemia sumiera a nuestro mercado en una profunda contracción (de -12,2% y -7,4%) en abril y mayo, que siguió al primer efecto de -1,1% registrado en marzo.

En los meses del 2020 previos a la emergencia sanitaria, nuestra economía se expandió en 4,5% y 6,3%.

De esta manera, nos preparábamos para lo que podía haber sido el rebote de 4,1% del PIB en el presente ejercicio anual, luego de que las condiciones climáticas adversas, los menores precios de materias primas, el deterioro económico de los países vecinos y el cambio de Gobierno llevaran a este indicador a una variación de 0% en el 2019.

Efecto estadístico. Esta reversión en el camino que venía trazando la actividad económica entre junio y julio ya fue adelantado por varios analistas, pues advirtieron que el dinamismo de la segunda mitad del año se debe comparar con una base de crecimiento mayor que se había experimentado en el segundo semestre del 2019.

En efecto, en agosto del año pasado el IMAEP registró un aumento interanual de 0,8% y siguió casi al mismo nivel en que se fijó en julio (0,7%). En junio, sin embargo, se reportó una caída de -1,5% y la variación acumulada del año hasta ese momento fue de -2,8%. De setiembre a diciembre, el crecimiento siguió en 6,2%; 4,7%; 1,5%; y 3,8%.