La economía paraguaya finalmente cerrará el 2020 con una caída de -1,5%, por efecto de la pandemia de COVID-19, según el último ajuste realizado por el Banco Central del Paraguay (BCP) a la proyección de variación del producto interno bruto (PIB).
Se trata de una corrección al alza aplicada al pronóstico de contracción de -3,5% pronunciado en julio pasado y presenta un panorama también mejor al de -2,5% que se había contemplado en abril – cuando se empezaban a sentir los efectos económicos de la emergencia sanitaria –.
Entre los principales factores que incidieron en esta última modificación de las proyecciones oficiales se destaca la menor caída que se espera para los sectores de industria y servicios. En el primer caso, el ajuste fue de -3,5% a -2,5% – desde la estimación de julio a la de octubre – y en el segundo, de -11,3% a -5,2%.
Por otro lado, se espera ahora que las construcciones experimenten un crecimiento de 7%, al doble del ritmo que se previó a mediados del año, mientras que para el Gobierno general también subió el pronóstico, de 4% a 4,5%.
La agricultura y la ganadería se mantienen como los rubros con desempeño más robusto, con estimaciones de expansión que se mantienen en 10,5% y 5% para el cierre del año, respectivamente.
Correcciones a la baja
Los segmentos para los que empeora el panorama, sin embargo, son el comercio, electricidad y agua, e impuestos a los productos.
La actividad comercial terminará cayendo -6%; el sector energético, en -4,5% y el PIB de tributos al Fisco, en -3,5%. Previamente, estas proyecciones se encontraban en -3,1%; -4%; y -3%.
Así, el PIB del sector primario tendría un incremento de 8% en el 2020 – respecto a los resultados del 2019 –, el sector secundario sufriría una merma de -1,1% y el terciario, de -3,6%.
Consumo e inversiones
Desde el enfoque del gasto, el ajuste a las proyecciones del PIB proviene principalmente de la menor caída que ahora se espera para el consumo privado y el mayor impulso de las inversiones.
El componente de consumo de los hogares tendrá una variación de -4,6% al cierre del año, según las últimas estimaciones del BCP; en julio, este pronóstico se encontraba en -7%. La Formación Bruta de Capital Fijo (FBKF) – indicador relacionado con las inversiones – mejoró su proyección de crecimiento de 1,5% a 5,1% y al consumo se aplicó una leve suba, de 5% a 5,2%.
El comercio exterior sufrió un empeoramiento de sus perspectivas, con unas importaciones que caerían -12,1% – a más del doble del ritmo de -5,1% que se había previsto en julio – y las exportaciones se contraerían en -5,6%, también con una intensidad mayor a la de -4,5% anunciada anteriormente.
Factores dinamizadores
La banca matriz considera que el levantamiento gradual de las medidas de restricción a la actividad social permitió un repunte del dinamismo económico en los últimos meses. También menciona los efectos de las políticas de apoyo a los ingresos a los hogares y las empresas, y el impulso de las obras públicas, entre los elementos que generan una contracción del PIB menos severa de la esperada inicialmente.
No obstante, advierte que la evolución del escenario macroeconómico sigue determinada por el desarrollo de la COVID-19 y las medidas necesarias para proteger la salud de la población.
Si bien reconoce que el proceso de flexibilización de las medidas de restricción no está exento de la posibilidad de un retroceso, destaca que la experiencia acumulada por la población, las medidas preventivas impuestas por las autoridades sanitarias y el refuerzo del sistema de salud reducen los riesgos de que se reimpongan cuarentenas estrictas ante un aumento del ritmo de contagio.