En el marco de una conferencia organizada por el Instituto del Banco Central del Paraguay (BCP), el académico de la Universidad de Harvard, Ricardo Hausmann, recomendó a las autoridades económicas del país mantener vigentes los estímulos fiscales a la economía por un tiempo más. Esto, al margen de que se haya iniciado notoriamente el proceso de recuperación, todavía muy incipiente.
Refirió que los distintos países han hecho proyecciones bastante optimistas, convencidos de que luego de una cuarentena de ocho o diez semanas el efecto rebote llegaría muy pronto. Tal cosa no ocurrió, por lo que considera que no debe haber apuro para retirar los estímulos fiscales.
Hausmann recordó, además, que el Fondo Monetario Internacional (FMI) está realizando proyecciones de recuperación relativamente fuertes para el 2021, las cuales muy difícilmente se puedan cumplir en toda su dimensión.
Opinó que estos incentivos del gobierno se deberían retirar solo luego de la recuperación plena en el crecimiento de la economía.
“Yo comenzaría a ajustar la cuestión fiscal, condicionando a que la economía se ponga a crecer por encima de su tasa de crecimiento de tendencia antes de la crisis. Si el país venía creciendo al 4,5%; quisiera ver crecer al país por encima de esa línea y solamente con esas tasas retiraría el estímulo fiscal”, apuntó el experto.
Explicó que lo ideal es que la reducción en la relación entre la deuda externa y el Producto Interno Bruto (PIB) sea generada por un crecimiento importante en la actividad económica, y un ajuste muy temprano de los incentivos puede terminar por truncar esta lógica.
Puso como ejemplo que todos los países ricos que tienen espacio fiscal, lo están utilizando a plenitud y en algunos casos se llegará a un aumento de hasta inclusive 30 puntos más sobre el PIB con respecto a la etapa pre-pandemia.
¿Cómo retornar al orden fiscal?
Un proceso gradual de convergencia hacia el equilibrio fiscal es lo que debe hacer Paraguay, según el experto, ya que no sería conveniente bajar tantos puntos de déficit sobre el PIB en menos de cinco años, y que inclusive lo ideal sería una década.
“Lo que interesa a los mercados es saber que esta relación viene bajando, no tanto a qué ritmo viene bajando, para tener la certeza de que el país es solvente; y la solvencia se logra cuando esta relación es equilibrada o va bajando. No creo que el nivel sea tan relevante y sería un error someter al país a una dieta con la que no va a ganar nada”, consideró.
Por otra parte, dijo que para un país como Paraguay, aún muy dependiente de la exportación de productos agrícolas, debe ser un punto central un plan para desarrollar una agenda de transformación productiva, lo cual no implica “abandonar lo que uno ya tiene”, sino adicionar la producción de bienes o servicios más complejos.
Efectos de la pandemia
La llegada de la COVID-19 y las medidas de restricción impuestas a la actividad social para frenar su propagación le costarán al país una caída de 1,5% de su PIB, para el cierre del año, según las proyecciones del BCP.
Esta estimación mejoró recientemente, a partir de la merma de 3,5% que se venía contemplando desde el anuncio de julio pasado, luego de que la actividad económica exhibiera un sorpresivo e inesperado crecimiento a mediados del presente año.
Respecto a las cuentas fiscales, la contención de los efectos económicos de la pandemia – mediante la inversión en obras públicas y la intensificación de los programas de subsidio estatal – generará un déficit de 6,5% a 7% del PIB en las arcas, según los cálculos del Ministerio de Hacienda.
El plan de convergencia al equilibrio fiscal prevé que el déficit retroceda progresivamente, hasta enmarcarse en el 2024 dentro del tope de 1,5% que establece la Ley de Responsabilidad Fiscal (LRF).