La población paraguaya presenta elementos que la convierten en terreno de un potencial salto en inclusión financiera: el elevado acceso a la telefonía celular y al pago de salarios a través de una cuenta bancaria, así como el uso de tarjetas de débito y crédito.
En este escenario, la inclusión financiera es contemplada como una actividad que puede aportar a la recuperación económica post-pandemia del Paraguay, atendiendo a las oportunidades que genera principalmente al sector de comercio minorista, uno de los más golpeados por los efectos de la emergencia sanitaria.
Este tema fue abordado en el foro “Repensar la Inclusión Financiera”, del cual participaron el investigador y ex ministro de Finanzas de Uruguay, Fernando Lorenzo; y Gustavo Viñales, del Centro de Investigaciones Económicas de Uruguay.
A modo de contexto, el Banco Central del Paraguay (BCP) informó que actualmente existen 2,8 millones de billeteras activas y 4,3 millones de cuentas en el sistema financiero local, con aproximadamente 8.000 puntos de acceso.
Por su parte, el Sistema de Pagos del Paraguay (SIPAP) registró 1,5 millones de transferencias hasta octubre del 2020, por un valor de USD 4.700 millones.
Gustavo Viñales consideró que, además de la contribución que puede generar la inclusión financiera para superar los efectos económicos que deja la COVID-19, puede contribuir a mejorar las perspectivas de crecimiento de largo plazo de la economía paraguaya.
Recuerda que, en su país, la ley de inclusión financiera logró ampliar la aceptación de los medios electrónicos de pago por parte de los comercios minoristas, extendiendo la plataforma tecnológica necesaria para ampliar la cobertura de estas modalidades de pago.
Por otro lado, destacó que esta legislación universalizó el acceso de la población a instrumentos electrónicos de pago, gracias al acceso gratuito a servicios básicos – como primer paso para la utilización de otros servicios de mayor valor y complejidad – y promovió un cambio cultural en el uso de medios electrónicos de pago.
“En la medida que el avance de la inclusión financiera pretende ampliar el ejercicio de derechos, la utilización de incentivos explícitos y la adopción de medidas para superar las restricciones de acceso a los servicios financieros adquieren singular importancia”, sostuvo, a su vez, Fernando Lorenzo.