Sao Paulo, 30 nov (EFE).- Brasil registró entre enero y octubre de este año un déficit nominal en sus cuentas públicas de 919.446 millones de reales (172.828 millones de dólares), equivalente al 15,37 % del PIB, mientras que la deuda bruta sigue en niveles récord, informó este lunes el Banco Central.
El saldo negativo entre los ingresos y los gastos del sector público brasileño, incluyendo el Gobierno central, los regionales, los municipales, las empresas estatales y el pago de intereses de deuda, escaló un 172,3 % respecto a los diez primeros meses de 2019, pujado por los crecientes gastos públicos para atender los efectos de la pandemia de la covid-19.
Solo en el mes de octubre, el déficit fiscal público fue de 30.924 millones de reales (5.812 millones de dólares), cerca de tres veces más que lo registrado en el mismo mes del año pasado.
En cuanto al déficit primario -que no incluye lo que el Estado destina al pago de intereses de la deuda, pero que el Gobierno utiliza como referencia para medir la situación de las cuentas públicas-, este ascendió entre enero y octubre a 632.973 millones de reales (unos 118.980 millones de dólares).
La cifra supone una escalada exponencial ante el mismo periodo de 2019, cuando el déficit primario fue de 33.047 millones de reales (6.211 millones de dólares).
Pese al resultado interanual, el Banco Central destacó que, en octubre, Brasil registró un superávit primario de 2.953 millones de reales (555 millones de dólares), el primer resultado mensual positivo desde enero y que interrumpe una racha de ocho meses de cuentas en rojo.
El emisor igualmente informó de que la deuda bruta del gigante sudamericano alcanzó en octubre los 6,5 billones de reales (1,2 billones de dólares), equivalente al 90,7 % del PIB, lo que supone un nuevo récord y supone un incremento de 2,2 puntos porcentuales del PIB con respecto al mes inmediatamente anterior.
El elevado valor de la deuda pública de Brasil es uno de los indicadores que más preocupa a las agencias de calificación de riesgo, ya que, según datos del Fondo Monetario Internacional, la deuda bruta de otros países emergentes no supera el 50 % del PIB.
Pese a la retomada económica observada en los últimos meses con la relajación del distanciamiento social para reactivar la economía, la situación fiscal tiende a agravarse en Brasil debido a que, igualmente por la pandemia, el país puede terminar el año con una retracción histórica.
Según las proyecciones tanto del Gobierno como de los economistas, la mayor economía de Sudamérica sufrirá en 2020 la mayor retracción de las últimas décadas, con una caída del PIB estimada entre un 4 % y 5 %.