Datos publicados por el Banco Central del Paraguay (BCP) revelan que el sector de materiales de construcción fue el que mayor incremento tuvo de su facturación total del año 2020.
Concretamente, la variación con respecto al acumulado del año anterior fue del 16%, según el Estimador de Cifras de Negocios (ECN) al cierre de diciembre.
Este crecimiento va en consonancia con los datos publicados sobre las cuentas nacionales al cierre del tercer trimestre del año pasado, según los cuales el sector de las construcciones fue uno de los de mayor crecimiento a pesar de la pandemia, con una variación del 13,2%.
El resultado se da en un contexto de ejecución presupuestaria acelerada del Gobierno en este segmento, que se sumó a las obras privadas.
Según la explicación brindada por el BCP sobre los resultados generales del indicador, la incidencia positiva se ejerce principalmente en las ventas de varias ramas de la industria manufacturera, donde resulta evidente el empujón que ha brindado la venta de materiales de construcción a la producción local, en rubros como el cemento o los ladrillos.
Por otra parte, la producción de químicos farmacéuticos también tuvo un crecimiento importante, del 7%, ubicándose junto con los servicios de telefonía móvil en segundo lugar de crecimiento en ventas. Es importante destacar que, durante los meses duros de la cuarentena, hubo un crecimiento exponencial de ciertos insumos farmacéuticos que pudieron haber dado ese empujón.
En cuarto lugar en orden de crecimiento se ubicó la venta de combustibles, con una variación acumulada del 4% durante el año. Si bien este segmento tuvo contracciones durante la etapa dura de la cuarentena total, se recuperó sobre los últimos meses del año e inclusive se evalúa una posible subida en los precios, actualmente.
Los supermercados, que hubieran parecido los grandes beneficiados al principio de la pandemia del COVID-19 por las compras masivas que se realizaron inicialmente, tuvo una caída del 5% en el acumulado anual de ventas. Las adquisiciones masivas duraron muy poco tiempo, y posteriormente muchas familias optaron por el abastecimiento casi de supervivencia, ante la falta de ingresos y pérdida de empleos.
Finalmente, las ventas de vehículos y las grandes tiendas de prendas de vestir fueron las más perjudicadas del año, con caídas del 6% y el 9% respectivamente.