Lima, 15 jul (EFE).- Perú, el quinto país del mundo con mayor número de contagios confirmados de COVID-19, reanudó este miércoles los viajes domésticos en gran parte del territorio nacional tras cuatro meses de paralización como medida para frenar la propagación del coronavirus.
Aviones y autobuses han estado prácticamente sin funcionar desde que el 16 de marzo comenzara la cuarentena nacional, y solo han realizado algunos viajes extraordinarios para traslados humanitarios de personas que querían regresar a sus regiones de origen durante el confinamiento.
Desde este miércoles, estos servicios regulares de transporte de pasajeros volvieron a operar parcialmente en las 18 regiones de Perú donde la cuarentena fue levantada desde el 1 de julio, pero siguen suspendidos en las otras 7 donde continúa el confinamiento (Arequipa, Ica, Junín, Huánuco, San Martín, Madre de Dios y Áncash).
Para esta jornada había programados unos 30 vuelos en el aeropuerto Jorge Chávez, de Lima, el más grande del país. El reinicio del tráfico aéreo regular empezó a las 06.55 hora local (11.55 GMT) con un vuelo que tuvo como destino la ciudad amazónica de Iquitos.
AGLOMERACIÓN EN AEROPUERTO DE LIMA
Pese a los protocolos establecidos, hubo aglomeración y largas filas desde la madrugada afuera del aeropuerto, que por medidas de seguridad solo había habilitado una única puerta de acceso. Eso provocó ansiedad en los pasajeros, que ante el lento avance de personas, temían perder sus vuelos.
«Este es el primer día de un nuevo sistema y de nuevos protocolos de ingreso. Nosotros hemos hecho una planificación como aeropuerto y con las aerolíneas y autoridades, simulacros de ingreso, pero tenemos que agilizar y adaptarnos a lo que se va presentando», señaló a RPP Noticias Rocío Espinoza, gerente de reputación de Lima Airport Partners (LAP), empresa operadora del aeropuerto.
Las ciudades programadas para este miércoles por las aerolíneas Latam, Viva Air, ATSA y Sky Airline fueron Iquitos, Cusco, Ilo, Chiclayo, Trujillo, Pucallpa y Chachapoyas.
Algunas estaciones de autobuses de la capital peruana continuaban aún cerradas este miércoles, y otras con un número pequeño de pasajeros que aguardaban comprar sus pasajes en las ventanillas de atención.
En una de ellas, ubicada en el distrito limeño de La Victoria, se registró un incendio en la madrugada que afectó a seis de sus vehículos, de los que tres quedaron inservibles a pocas horas de retomar los trayectos interprovinciales.
MEDIDAS DE PROTECCIÓN PARA PASAJEROS
Entre las medidas de seguridad para los viajes nacionales, el protocolo establecido por el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) establece que todos los pasajeros deben portar de manera obligatoria una mascarilla y un protector facial.
Asimismo, deberán presentar una declaración jurada de que no han tenido síntomas de COVID-19 y luego tendrán que pasar un control de temperatura corporal, donde se negará el viaje a aquellos que superen los 38 grados celsius.
Los aviones pueden operar con toda su capacidad, y los autobuses también si cuentan con una cortina de polietileno que aisle cada uno de los asientos. En caso contrario, deberán restringir las plazas únicamente a aquellos asientos contiguos a las ventanas.
EMPRESAS MUY GOLPEADAS
El transporte interprovincial, que en 2019 movilizó a cerca de 100 millones de pasajeros según el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), ha sido uno de los sectores más golpeados por el largo confinamiento obligatorio del país.
La Asociación de Propietarios de Ómnibus Interprovinciales del Perú (Cotrap-Apoip) auguró que la recuperación será «lenta», pues además el turismo internacional sigue sin reactivarse ya que las fronteras internacional del país continúan cerradas.
«El transporte interprovincial terrestre ha perdido 235 millones de dólares por mes de confinamiento. Más de 540 empresas se han visto perjudicadas y, por ende, más de 70.000 familias dependientes», indicó este miércoles a Efe Martín Ojeda, gerente general de la Cotrap-Apoip.
El representante de las empresas de transportes interprovinciales criticó que el Gobierno no haya podido reactivar de manera más temprana a este sector, pues aseguró que ellos tuvieron «total disposición para aplicar protocolos de bioseguridad desde la primera semana de la cuarentena».
No obstante, lamentó que las autoridades decidieran posponer esta reapertura «aún cuando los viajes interprovinciales informales seguían operando sin fiscalización».
VIAJES CLANDESTINOS
Para Ojeda, esta dinámica de transporte informal contribuyó enormemente a la rápida propagación del virus en las diversas regiones del país, algo que cree que continuará pasando en tanto no se permita el transporte formal por todo el territorio nacional.
«Prometen fiscalización, pero la triste realidad es que siguen viajando en las zonas que supuestamente está prohibido, y lo hacen a 800 soles o a 1.000 soles (unos 280 dólares)», agregó Ojeda. «Las empresas están quebrando. ¿Qué sentido tiene seguir censurando el transporte interprovincial?», se preguntó.
La Asociación de Propietarios de Ómnibus Interprovinciales del Perú estimó que solo el 60 % de las empresas iniciará operaciones este mes, y que la recuperación de la demanda alcanzará apenas el 15 % de lo alcanzado en el 2019, que cerró en 90 millones de pasajeros transportados.