ANÁLISIS
Por Marta García e Iván Rojas
La suba de los precios internacionales de materias primas es usualmente una buena noticia para regiones como América Latina, debido a la importante participación de la producción y exportación de estos productos en la estructura económica de los diversos países.
Paraguay no es la excepción y al tener a los granos de soja como principal rubro de exportación, un mejoramiento de los precios en los mercados mundiales implica un mayor ingreso de divisas al país, con la consecuente estabilidad de indicadores como la cotización del dólar.
Sin embargo, este incremento del valor de los commodities repercute también en un encarecimiento de los costos de producción, lo que genera un aumento de la inflación. Esto es lo que ocurre este año, tanto en nuestro país como alrededor del planeta, con la gravedad de que en Paraguay los ingresos de las familias todavía no han alcanzado una recuperación plena luego del golpe de la pandemia de COVID-19. Por ende, la población de menores recursos se encuentra en una situación aun más desfavorable para enfrentar el encarecimiento de la canasta básica familiar.
¿Cómo se están comportando los commodities?
Tomando una referencia de alto impacto para nuestro país en lo que respecta a materias primas, el precio de la soja se ubica actualmente en el orden de los USD 438 por tonelada en el tablero de Chicago. Hasta mayo de este año, el precio de este commodity alimenticio se había ubicado incluso levemente por encima de los USD 600 la tonelada, en el marco de la reapertura del mundo durante la pandemia.
En este contexto, surgieron distintas apreciaciones sobre el momento que están pasando las materias primas en el mundo, y se lo llegó a comparar con el denominado “boom de los commodities” que se vivió en la primera década de este siglo, e incluso en los primeros años de la segunda. También se puede preguntar a quiénes beneficia y a quiénes afecta el actual nivel de precios de estos insumos.
Productores favorecidos
Los datos oficiales de comercio exterior dan cuenta de que los productores de rubros agrícolas han sido beneficiados por el precio de los commodities. De hecho, en su boletín “Pulso Financiero”, la consultora local Mentu explica que el desempeño acumulado del comercio exterior ha sido impulsado por los precios internacionales de estos productos.
Al cierre del mes de septiembre, las exportaciones totales del país acumularon un crecimiento del 26% en comparación con el mismo periodo del año anterior, según se desprende de un informe del Banco Central del Paraguay (BCP). En buena medida, esta cifra es explicada por la consultora por los desempeños positivos de productos como la soja y el maíz.
Sin embargo, este buen dinamismo de la soja y el maíz no se generó por causa de un mayor volumen de ventas de los granos, sino por un incremento de los precios en el mercado internacional. Esto da pie a señalar que, de no haber sido por la coyuntura de los precios en el tablero de Chicago, el valor de las exportaciones primarias de nuestro país hubiera sido menor.
En el caso de los granos de soja, el valor acumulado de las ventas de este año es de USD 2.591 millones, lo que representa un crecimiento del 42,3% con respecto al mismo periodo del año pasado. Sin embargo, en cuanto al volumen de envíos, solo se llegó a las 5,5 millones de toneladas, lo que significa una variación de -3% con respecto al año pasado.
Para el caso del maíz, el valor de las exportaciones creció hasta un 128% al cierre de septiembre, mientras que el volumen de envíos fue de solamente un 39,4% superior al año pasado. De esta manera, se puede corroborar que efectivamente el precio más elevado de las materias primas implicó un beneficio para los productores locales, que vieron disminuir sus envíos, pero aumentar sus ingresos.
¿Se puede hablar de un “nuevo boom de los commodities”?
Durante la presentación de las cifras de comercio exterior de septiembre, el economista jefe del BCP, Miguel Mora, hizo referencia a la coyuntura del precio de las materias primas. Apuntó que si bien se ve cierto sesgo a la baja en la cotización de soja actualmente, si se compara el nivel en el periodo anterior a la pandemia (2015-2019), el precio todavía se encuentra en una línea superior.
“Pasa por lo que ocurra con China, que es un importante comprador de commodities: si bien las perspectivas todavía son de un crecimiento para ese país, hay todavía algún problema de tipo energético que representa una incertidumbre para el crecimiento de China en los próximos años. Pero todavía estamos viendo precios de soja por encima del promedio 2015-2019”, apuntó.
Al ser consultado sobre este asunto, el economista y expresidente del BCP, Raúl Vera Bogado, consideró que este auge de precios de las materias primas no es comparable con lo que se conoció como el “boom de los commodities” de principios de este siglo. Explicó que los fundamentos no son los mismos que en aquel entonces, ya que el mundo crecía de manera acelerada, impulsado por la maquinaria de China.
Ese crecimiento sostenido de la economía china y mundial fue el principal fundamento del boom de los commodities, y fue por ese motivo que el fenómeno duró varios años. Si bien no hay un consenso oficial sobre el periodo de duración, el precio de las materias primas se mantuvo a un nivel elevado y sostenido entre el 2002 y el 2014, con un pico particular hacia el 2008 y el 2009.
“Estos niveles de precios pueden persistir por unos dos años más, tal vez un poco más. Pero no tiene los fundamentos de crecimiento de demanda que habíamos visto allá por el 2008 y que llevó a aquellos precios elevados. Uno de los elementos que hace que los precios bajen ahora es que estamos a las puertas de una cosecha”.
Raúl Vera Bogado, economista y ex presidente del BCP
Sostuvo que, a diferencia del boom de los 2000, el actual auge de los commodities tiene que ver con shocks de oferta y demanda que bien podrían tratarse de cuestiones transitorias. Si bien es cierto que existe una mayor demanda con la reapertura de los mercados -luego del gran confinamiento que se dio en el mundo para frenar el avance del coronavirus-, todavía no se sabe si esto se dará de manera sostenida en esta ocasión.
Apuntó que se nota una mejoría en la economía paraguaya y mundial, pero las perspectivas no son de un crecimiento muy elevado o un efecto rebote demasiado notorio para los próximos años, según las propias estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI). Aquí radica una de las principales diferencias entre el actual auge de las materias primas y el denominado “boom de los commodities”.
Hizo referencia a que hay ciertos shocks de oferta en particular que están presionando notoriamente al alza los precios de los productos agrícolas, como por ejemplo las cuestiones climáticas que no han sido del todo favorables, incluso desde antes de la pandemia.
Añadió que la crisis logística del mundo -en que los contenedores no abastecen la demanda- también implica un aumento de precio para materias primas, como en el caso de la soja. Esto es un problema especialmente grande para nuestro país, siendo los ríos la única ruta de conexión al mundo, afectados hoy en día por la bajante.
Incertidumbre
Por su parte, el economista y referente del sector bancario, Rubén Ramírez Lezcano, afirmó que la incertidumbre económica del mundo es un elemento que no permite saber si este auge de los precios de materias primas durará muchos años, como ocurrió en los 2000 y 2010. Apuntó que hay ciertas cuestiones por resolver, como ver cuál será la producción de Estados Unidos y cómo continúa la demanda de China.
“Hay que hacer cálculos de corto plazo porque China no está comprando tanto como se preveía, los países le están pasando la cuenta por los microchips que dejaron de exportar y hay un proceso de negociación de precios donde China quiere bajar los precios pero el mercado internacional le está dosificando. Cuando se concrete la producción de EEUU vamos a ver cómo quedan los precios”.
Rubén Ramírez Lezcano, economista y ejecutivo bancario
Con respecto al tema de la inflación que se vive en muchos países, Ramírez considera que se trata de una cuestión transitoria y que es sólo producto de la reactivación luego del inicio de las vacunaciones masivas. La producción ya se ha iniciado, pero no en la misma proporción que la demanda, a lo cual se suma el problema de los contenedores que escasean.
Sin embargo, apuntó que en la medida que estas situaciones puntuales se vayan resolviendo, los niveles de inflación se deberán ir normalizando.
Contexto social y alimentos
Como apuntamos previamente, no todos los efectos de la actual coyuntura en los precios internacionales de commodities son positivos, ya que también han desembocado en un alto nivel de inflación en muchos países, incluyendo a Paraguay.
Desde el FMI, se advierte que el proceso inflacionario se da en medio de condiciones desfavorables para muchas personas, ya que las expectativas de crecimiento no son elevadas.
En su artículo “Una recuperación obstaculizada por profundas fisuras», Gita Gopinath, economista jefe del FMI, apunta que las perturbaciones relacionadas con la pandemia que han afectado a sectores de contacto intensivo han hecho que, en la mayoría de los países, la recuperación del mercado laboral sufra un rezago importante respecto de la recuperación de la economía, en un contexto de inflación.
La economista continúa explicando que a esto se debe agregar la desigualdad de la recuperación entre países, como producto de la inequidad en el acceso a las vacunas, ya que mientras las economías avanzadas están aplicando incluso biológicos de refuerzo, aproximadamente el 96% de la población en países de bajos de recursos sigue sin vacunarse.
Además, apuntó que la liberación de la demanda reprimida y el repunte de los precios de las materias primas han causado un rápido aumento de la inflación de precios al consumidor, por ejemplo, en Estados Unidos, Alemania y muchas economías de mercados emergentes y en desarrollo.
“Los precios de los alimentos han subido en la mayoría de los países de bajo ingreso que más padecen inseguridad alimentaria, agravando la carga de los hogares más pobres y elevando el riesgo de malestar social”.
Gita Gopinath, economista jefe del FMI
Además, cifras publicadas en el World Economic Outlook (WEO) del FMI dan cuenta de que este aumento de precios de las materias primas en el 2021 han tenido incidencia en el índice de precios de alimentos y bebidas del organismo, que subió un 11,1% entre febrero y agosto, alcanzando su punto máximo en mayo de este año. Este ha sido el aumento más grande, en términos reales, desde la crisis mundial de precios de alimentos del 2010, encabezada por la carne y los cereales.
“Los aumentos continuos de los precios internacionales de los productores plantean riesgos al alza para la inflación de los precios de los alimentos al consumidor, especialmente en los mercados emergentes, donde el traspaso de los precios del productor al consumidor es mayor que en las economías avanzadas (26%)”, advierte el FMI en el WEO.