El tipo de cambio en nuestro país ha permanecido estable durante las últimas semanas, en torno a los G. 6.900, y parece haberse estabilizado aunque en un nivel más elevado que en años anteriores.
Ante el actual contexto de inflación en Paraguay y el mundo, surge la pregunta de si el comportamiento del dólar podría afectar al nivel de precios, especialmente en los segmentos de importación.
A modo de respuesta, analistas apuntan que, al menos en el corto plazo, el tipo de cambio no representa una amenaza como presión inflacionaria.
En su boletín semanal de análisis del mercado cambiario, Basa Capital sostiene que la presencia del Banco Central del Paraguay (BCP), por medio de sus ventas de divisas al sector privado, de momento resultan suficientes para contener el precio del dólar.
En lo que va del 2020, la banca matriz ha realizado estas ventas compensatorias por un valor de USD 1.316 millones, cifra que si bien representa un 14% menos que el mismo periodo del año anterior, ha sido suficiente para contener la subida del tipo de cambio. No obstante, cabe destacar que en octubre se ha acelerado el promedio de ventas diarias, que oscilan entre los USD 10 millones y USD 13 millones.
“El BCP sigue intensificando sus acciones de forma y manera a controlar el tipo de cambio y, a través de esto, poder frenar la escalada de precios a nivel local; sus ventas han incrementando en promedio en los últimos días a 9,6 millones diarios. Por el lado de la demanda, seguimos viendo mucho apetito de los distintos actores de la economía que siguen prefiriendo la divisa americana”, acota Basa Capital.
En este contexto, analistas de la mencionada casa de bolsa prevén que el tipo de cambio oscile entre los G. 6.850 y G. 7.100 en el corto plazo. Apuntan también que el real se presenta muy debilitado contra el guaraní, lo que agrega presión adicional al tipo de cambio.
Por su parte, Investor Casa de Bolsa vaticina que octubre cerrará con un dólar a G. 6.981, mientras que a fin de año iría hasta los G. 6.852.
Patricia Goto, economista de la consultora CPA Ferrere, añadió que la política monetaria más laxa que ha adoptado el Banco Central también será desde ahora una presión a la baja para el tipo de cambio. Dijo que, además, la balanza comercial superavitaria también es un elemento de presión a la baja, por lo que el dólar no representa una amenaza para la inflación.
No obstante, coincidió en el análisis al afirmar que la participación del Banco Central en el mercado cambiario es clave en este momento, dado que la experiencia reciente demuestra que las intervenciones han marcado las pautas de las subas y bajas de la moneda norteamericana. Además, el financiamiento para el presupuesto público generará un nuevo ingreso de dólares al país en el 2022, destacó.
“El dólar perdió protagonismo en estos meses y mucha estabilidad cambiaria es lo que estamos observando. Eso de alguna manera refleja también todas las decisiones de política que están habiendo y el avance de la economía en general. Lo que pasa con esta fase más contractiva de la política monetaria es que tiende a apreciar la moneda local, en detrimento del valor del dólar”, refirió.
Libre fluctuación
Por su parte, Carlos Carvallo Spalding, economista y presidente de la Asociación de Bancos y Financieras (Abafi), apuntó que el dólar tiene presiones al alza y a la baja por la incertidumbre que persiste en la economía local y global. Por ende, consideró que el control del tipo de cambio no debe ser una prioridad por el momento, y que la inflación debe ser más bien controlada por medio de la tasa de interés.
“En un esquema de metas de inflación, como el que tenemos ahora, dejar libre el tipo de cambio es un valor muy importante porque lo que ocurre es que el tipo de cambio opera como un estabilizador automático de factores exógenos”, expresó.
”Si usamos el tipo de cambio de manera exagerada para frenar la inflación o drenar liquidez, lo que vamos a hacer es generar un problema de sobre apreciación en el futuro”, agregó.