Río de Janeiro, 11 ene (EFE).- La inflación de Brasil en 2021 fue de 10,06 %, con lo que el índice de precios terminó el año con dos dígitos, algo que no se veía desde 2015, cuando la tasa llegó al 10,67 % en medio de una fuerte recesión económica.
La tasa de 2021 más que dobló la de 2020 (4,52 %) y estuvo muy por encima de la meta que el Banco Central se había impuesto para ese año (3,75 %), con un margen de tolerancia de 1,5 puntos porcentuales, es decir, que podía llegar hasta un máximo de 5,25 %.
Los responsables esta vez fueron los elevados costos de los combustibles -especialmente de la gasolina- y de la energía eléctrica, disparados por la pandemia del coronavirus y la crisis energética que vivió el país por la falta de lluvias.
Los combustibles acumularon un alza del 49,02 % en el año, mientras que la electricidad registró una subida del 21,21 %, según el informe divulgado este martes por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística(IBGE).
Las continuas alzas de la gasolina durante el año -que acumuló un alza de 47,49 %- fueron, en parte, consecuencia directa de la fuerte devaluación que sufrió la moneda brasileña en 2021, un factor que si bien se venía registrando años atrás, ha sido pujado desde 2020 por los efectos de la covid-19 en el planeta.
El dólar estadounidense terminó el año cotizado a 5,574 reales para la compra y 5,576 reales la venta en el tipo de cambio comercial, tras acumular una apreciación del 7,49 % frente al real en 2021, su quinta elevación anual consecutiva.
En cuanto a los costos de la electricidad, el principal factor fue la crisis hídrica que vivió Brasil en 2021, que por la falta de lluvias, dejó en mínimos los niveles de almacenamiento de los embalses de las principales hidroeléctricas; obligando al uso de termoeléctricas, lo que implicó un sobrecosto desde septiembre.
«Eso impactó mucho el resultado de la energía eléctrica, que tiene mucho peso en el índice», explicó Pedro Kislanov, quien coordina el tema de la inflación en el IBGE.
Aunque en menor proporción, los alimentos también incidieron en la subida generalizada de precios, principalmente por el café molido, que aumentó un 50,24 %, debido a que la producción del grano estuvo perjudicada en el segundo semestre por las heladas.
De acuerdo con el IBGE, de los nueve grupos de productos analizados, tres respondieron por cerca del 79 % de la inflación en 2021, (transporte, vivienda y alimentación y bebidas).
En diciembre, los precios aumentaron un 0,73 % -con alzas en todos los grupos-, pero desaceleraron frente a noviembre y también en comparación con el mismo mes de 2020 (1,35 %).
Los analistas estiman que la inflación se ubicará este año en un 5,03 %, un poco por encima de la meta fijada por el emisor de 3,5 %, con un intervalo de 1,5 puntos porcentuales.
En un intento por controlar el fuerte aumento de los precios en los últimos meses, el Banco Central ha venido subiendo los tipos básicos de interés, que cerraron 2021 en el 9,25 % anual, su mayor nivel desde 2017 (10,25 %), tras siete alzas consecutivas.
Aunque el aumento del costo del dinero puede agravar la actual recesión técnica del país, el propio emisor ha reiterado que su intención es seguir elevándolo hasta que pueda frenar la escalada de la inflación. La previsión de los economistas es que Brasil termine 2022 con los tipos en el 11,75 % anual.
El Producto Interior Bruto (PIB) de la mayor economía latinoamericana retrocedió 0,1 % en el tercer trimestre frente al segundo tras haberse contraído 0,4 % en los tres meses anteriores.
Pese a ese resultado negativo, la economía acumuló una expansión del 3,9 % en los últimos doce meses hasta septiembre.
Las proyecciones del Gobierno y el mercado señalan que Brasil terminó 2021 con un crecimiento de alrededor de 4,5 % tras haber sufrido en 2020 una retracción del 3,9 % como consecuencia de la crisis generada por la pandemia de la covid-19.