Tras la intención de cobro por el Sistema de Pagos Instantáneos – Sistema de Pagos del Paraguay (SPI-SIPAP), por parte de la Asociación de Bancos y Financieras del Paraguay (Abafi) y de la Asociación de Bancos del Paraguay (Asoban), distintos sectores públicos y privados se pronunciaron ante este hecho.
La Comisión Nacional de la Competencia (Conacom), a través de un comunicado, señaló que la implementación regulatoria de cualquier tarifario que cree o eleve costos puede generar un incremento de los costos de acceso y permanencia en mercados que dependen de los bienes o servicios afectados, por lo que debe estar debidamente justificado para su implementación.
“Se recomienda a la ASOBAN y la ABAFI tomar las medidas correspondientes para el ejercicio de buenas prácticas en libre competencia a fin de evitar infracciones de la Ley de Defensa de la Competencia, en el ejercicio de sus actividades gremiales”, reza parte del escrito.
En lo que respecta a la regulación, la Conacom concuerda con el Banco Central del Paraguay (BCP) en realizar un análisis técnico previo a la propuesta. Destacó que al momento de dicho estudio, se deben tener en cuenta los criterios de defensa de la libre competencia.
Igualmente, recomendó realizar el estudio de la necesidad, proporcionalidad y neutralidad de cualquier medida que se considere implementar, con el objetivo de evitar la emisión de normas que puedan distorsionar injustificadamente la competencia en el mercado.
Reacción del sector privado
Este pedido por parte de la Asoban y la Abafi, al Directorio del Banco Central, en su momento también generó una ola de críticas en redes sociales, ya que este servicio de transacciones electrónicas hasta el momento no genera costos ni para el emisor ni para el receptor.
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El presidente de la Unión Industrial Paraguaya (UIP), Enrique Duarte, había calificado de inoportuno el pedido de Asoban y Abafi para cobrar por el SIPAP, cuya plataforma tecnológica fuera pagada por el BCP con la finalidad de facilitar, transparentar y disminuir costos en las transacciones financieras, minimizando los movimientos en efectivo y cheques.
“La producción, industria, comercio y servicios, con el consumo deprimido, altas tasas financieras, volatilidad e incertidumbre en el suministro y costos de los insumos y el masivo contrabando, entre otros, no aguanta ni merece más costes, sobre todo cuando pueden ser evitados”, enfatizó Duarte.