Buenos Aires, 8 jul (EFE).- La empresa estatal Energía Argentina (Enarsa) procedió este viernes a la apertura de las cinco ofertas presentadas para la construcción de la primera etapa del gasoducto Néstor Kirchner, una obra que resultará clave para el desarrollo de la colosal formación de hidrocarburos no convencionales de Vaca Muerta, en el suroeste del país.
Los oferentes fueron BTU, Transportadora de Gas del Sur (TGS), Esuco y los consorcios integrados por Techint-Sacde y Víctor Contreras-Contreras Hermanos.
En el acto de apertura de ofertas, la flamante ministra de Economía de Argentina, Silvina Batakis, quien juró el cargo este lunes en sustitución de Martín Guzmán, consideró que esta obra es «fundamental» para el desarrollo del país durante los próximos 30 años.
«La energía es el costo de los costos, sin energía no hay posibilidades de crear puestos de trabajo. Tenemos que tener esta mirada de mucha producción y de liberar las fuerzas productivas que tenemos en Argentina», aseguró la titular de Economía por videoconferencia.
Durante el evento, el presidente de Enarsa, Agustín Gerez, recordó que ya se realizaron todos los estudios de impacto ambiental en torno al gasoducto y se han comprado los caños necesarios para su construcción, en medio de una situación de «incertidumbre mundial» por la guerra en Ucrania.
«Hoy empieza a culminarse todo el proceso administrativo de contrataciones que venimos impulsando. Entendemos que hemos cumplido y sobrecumplido los plazos que nos hemos propuesto en el inicio. El cronograma, sin lugar a dudas, es muy ajustado», reconoció Gerez, que confía en tener terminada la obra antes del invierno de 2023.
La primera etapa del proyecto, bautizado en honor al fallecido expresidente Néstor Kirchner (2003-2007), incluye la construcción de un ducto de 558 kilómetros entre Tratayén (Neuquén) y Salliqueló (provincia de Buenos Aires), así como la construcción de otros tramos y la ampliación de gasoductos ya existentes.
De acuerdo con datos oficiales, una vez concretada, esta primera etapa de la obra permitirá un incremento de la capacidad de transporte en 24 millones de metros cúbicos diarios de gas y generará un ahorro de divisas de 3.400 millones de dólares anuales, además de un ahorro fiscal por la sustitución de importaciones de gasóleo y gas natural licuado.
Por su parte, la segunda etapa, que concluiría en 2024, permitirá llegar con gas natural al sur de la provincia de Santa Fe (centro), abriendo la posibilidad de abastecer a grandes centros urbanos e industrias del centro y norte del país, como así también la oportunidad de exportar a otros países de la región.
La construcción del gasoducto causó una fuerte polémica el mes pasado, cuando el exministro de Desarrollo Productivo Matías Kulfas tuvo que dimitir tras cuestionar la legalidad de la licitación.